De Eurovisión a Mundovisión

b. p. l. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

JONATHAN NACKSTRAND | AFP

El certamen promueve una iniciativa para celebrar una edición en Asia

30 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Para contradecir a quienes certificaban la defunción de Eurovisión, el certamen no para de crecer y, más aún, internacionalizarse. Como consecuencia de su progresión, el festival ha perdido una de las musiquillas más características de sus orígenes: el recital de los puntos del 1 al 12, en inglés y francés, que cada país otorgaba a sus contrincantes. Ahora cada portavoz nacional solo otorga a viva voz los 12 puntos de su candidato preferido, mientras el resto se incorporan directamente al marcador y esto sucede por una razón: el número de países participantes va en aumento. De los 7 participantes del 1956 y la veintena que sumaban a finales de los ochenta, se pasó a una cifra récord de 43, que se habría igualado este año de no ser por la baja de Rusia.

Su expansión no se detiene en los límites del continente. Después de asimilar desde 1973 a Israel como país del ámbito europeo para cuestiones musicales, en el año 2015 llegó la incorporación de Australia, un país donde los espectadores se aficionaron a desayunar año tras año pegados a la pantalla para ver el concurso musical europeo. Su éxito de audiencia justificó una invitación a competir en el 2015 que en principio iba a ser provisional, pero finalmente Australia llegó para quedarse. Este año concursó ya por tercera vez en igualdad de condiciones.

Ahora, la UER prepara el salto internacional del festival con la creación de Eurovisión Asia. La organización, que ya ha publicado un anuncio de promoción del certamen, selecciona a los países que participarán en la primera edición.

En una entrevista realizada por la web Eurovision Fan House, Jon Ola Sand, supervisor ejecutivo del Festival de Eurovisión (UER), explica los planes de expansión de la marca Eurovision Song Contest. «Hemos lanzado ya una iniciativa en Asia en colaboración con nuestro socio australiano, SBS, que participa en el festival. Estamos trabajando con ellos para llevar a escena en Asia un concepto similar al de Eurovisión, esencialmente para tener Eurovisión Asia», explica. 

Ola Sand asegura que, para empezar, los espectadores que se congregan por millones para ver de forma conjunta el certamen original también proliferan por allí: «Retransmitimos el festival en varios mercados de la región; Australia es uno de ellos; China se ha sumado para exhibir el certamen, Nueva Zelanda también, y en lo que respecta a Estados Unidos también tenemos un acuerdo de retransmisión con Viacom». La audiencia este año fue de 182 millones, inferior a otros años por el veto de Rusia, que no lo retransmitió.

No descarta que, en el futuro, se pueda hacer «una versión americana del festival de Eurovisión», aunque no han llegado a ninguna conclusión por el momento. «Esta es una estrategia a largo plazo para ver hasta dónde puede llegar la marca más allá de Europa», matiza.