Y se formó La Gozadera

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MIRA Y VERÁS

TELEVISIÓN

29 sep 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

Si Wyoming se atrevió a lo Marc Anthony a resumir el juego de banderas antes del resultado de las elecciones catalanas entonando La Gozadera, vistos los porcentajes es para ponérsela de politono. Esa o a un desgarrador Camilo Sesto: «Y ya no puedo Mas, ya no puedo Mas, siempre se repite la misma historia...», en versión remix para repasar estrofa a estrofa «la melancolía» que invade tanta pasión no correspondida. De las elecciones catalanas pueden extraerse claves infinitas, no solo con el ritmo del humor, sino también de la pasarela que ha guiado esa poca convergencia y mucha desunión entre Mas y Junqueras. Ni estilísticamente iban acompasados, nada que ver uno con el otro en el atuendo ni en esa fila improvisada en la que se lanzaron con euforia a proclamarse victoriosos. Ni un gesto cómplice, ni una mirada de confianza, ni un solo guiño al sumamos juntos. Esa quiebra entre la palabra y el gesto cuaja tanto en la audiencia que por muchos platos y vasos que te vendan al día no llega ni un ápice de emoción. Eso que Mar Castro, experta en comunicación y política, ensalza como esencial en un líder. Si le quitásemos el sonido a todas las imágenes de la noche electoral y analizásemos solo los gestos, veríamos la diferencia entre la sonrisa real y la sonrisa forzada, entre la espontánea y la construida. El domingo solo Albert Rivera era capaz de bailar La Gozadera.