La culpa no es del «martilleo»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez MOITO CONTO

TELEVISIÓN

15 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un recurso socorrido, aunque poco inteligente. Culpar a las televisiones díscolas de las debacles electorales es una excusa que sirve al Gobierno para no reconocer la gravedad de sus errores. Le permite minimizarlos.

Tras el 24-M, fue Mariano Rajoy, en un alarde de sinceridad, quien aclaró que lo que había hundido al PP no era solo la corrupción sino el «martilleo constante» de ciertas cadenas (La Sexta o Cuatro) sobre ella, en un intento baldío (pero que refleja su concepción del periodismo) de echar balones fuera. Lo alarmante no es contar los excesos sino que estos no cesen. Entre los populares hay también quien no se explica cómo esas televisiones han sido tan duras con el Gobierno, a pesar de su implicación en el reparto de licencias o en las fusiones. Una reflexión que en sí misma encierra un abuso, sobre todo al pretender una benévola correspondencia.

Estas cadenas lo único que han hecho es aprovechar el retroceso de TVE para convertirse en el refugio comunicativo de esa audiencia indignada que necesita y devora información crítica. Las emisoras sí se han servido del imán mediático de Pablo Iglesias para lograr shares de lujo, pero ni han sido las causantes de la mala imagen del Gobierno ni de sus derrotas. Son los propios partidos, con sus desmanes, los que las provocan.