Una estrafalaria familia arrasa en Estados Unidos con su «reality show»
14 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El mundo de los reality shows en la televisión estadounidense es tan enorme y estrambótico que resulta difícil destacar. Pero de vez en cuando ocurre. Y eso es lo que ha pasado con la familia Robertson, una dinastía de barbudos, millonarios y extravagantes sureños que han conseguido convertirse en estrellas televisivas.
Los Robertson, cazadores y pescadores que viven en una zona rural de Luisiana, comenzaron protagonizando programas de caza y pesca. Porque si hay algo de lo que saben todos los Robertson es de caza y pesca. Bueno, algunos de ellos también saben hacer negocios. El patriarca de la familia, Phil Robertson, fundó hace algo más de cuarenta años una empresa: Duck Commander (Comandante Pato, el apodo de Phil). Duck Commander fabrica silbatos de reclamo para la caza de patos. Un negocio que dirige ahora Willi, el tercer hijo de Phil, en el que trabaja toda la familia y que les ha hecho multimillonarios.
De la caza a la telerrealidad
Uno de los directivos de la cadena de televisión AETN para la que grababan sus programas de caza y pesca se dio cuenta de que la familia Robertson tenía un potencial mucho mayor que ese que estaban explotando. Así que les propusieron un reality show. Esta semana se ha estrenado la segunda temporada en Estados Unidos con los Robertson convertidos ya en celebridades nacionales.
Para empezar está su aspecto. A pesar de sus millones, todos los Robertson tienen una imagen similar: largas barbas que les hacen parecer vagabundos, algo de lo que en el programa se ríen con frecuencia. Y, desde luego, su sentido del humor. Trabajan todos juntos en la empresa familiar, aunque la mayoría de ellos prefiere cazar o pescar que dedicar sus horas al trabajo, jugar al golf que ir a la escuela de uno de sus hijos a una actividad para padres o acabar la jornada con una cena en la que se reúne toda la familia para comer los platos que prepara la matriarca de la familia, la señorita Kay.
Religiosos y familiares
Son casi la caricatura del sureño típico: casados nada más acabar la secundaria, fanáticos de la naturaleza en la que se mueven con total destreza y profundamente religiosos y familiares. Pero ellos le ponen un punto de humor a esas cualidades que les hacen entrañables.
Los directivos de la cadena intentaron que el programa tuviera guion, pero no contaban con el carácter de los Robertson. Pronto se dieron cuenta de que ellos no iban a pronunciar las palabras que les escribían otros. Así que ahora, para cada episodio les marcan unas guías, pero son ellos los que dicen lo que quieren, y que, según afirman, es exactamente lo que dirían si no hubiera cámaras grabándoles.
En el programa aparecen tres generaciones de los Robertson. Y, mientras tanto, su ya exitoso negocio de venta de reclamos para patos no hace más que crecer. Incluso ahora, comentan ellos divertidos, cuando no es temporada de patos.