¿Suiza? No, gallega

Alberto Mahía A CORUÑA

TELEVISIÓN

XOSÉ CASTRO

La concursante protagonizó el primer «idilio» de esta cuarta edición al coquetear con Mario, del que comentó a una compañera: «Ya encontré marido»

07 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Desiree Albertalli Corgo no había ni deshecho las maletas en Guadalix de la Sierra y ya tenía un hombre que le hacía carantoñas. Se llama Mario, uno de los más guapos. Hablaron, rieron y tontearon como quinceañeros. A ella le debió de hacer tilín porque le anunció a una compañera: «Ya he encontrado marido». Y a él también, porque un concursante le dio ánimos: «Seguro que pillas». Si el idilio va a más, la chica, a la que le dicen la Paulina Rubio de Gran Hermano , puede que protagonice el romance más precoz de la historia de este reality show. Pero no es Mario el hombre que quiere la madre de Desiree para su hija. María Luz Corgo apuesta por Rafa, el seminarista, o por Pedro, el maño. «Tienen cara de ser buenos hombres», dice. Madre emigrante Desiree es la gallega de la cuarta edición de Gran Hermano . Nació en Suiza hace 25 años porque su madre, coruñesa, fue emigrante y allí conoció a Ulisse, un italiano enamorado de España que no dudó en hacer las maletas hace dos años y medio y asentarse en la ciudad en la que se crió su esposa. Montaron una cafetería en la Marina (Pianeta Espresso), donde trabajaba Desiree antes de entrar en la casa. A Desiree le gusta la noche más que el día, se siente atraída por los hombres dulces y escapa de los egoístas, como mascota tendría un perro, practica el esquí y la danza clásica, es del Dépor, escucha la música de Fórmula Abierta y de David Bisbal y no soporta a Miguel Bosé o Maná, su película preferida es Serendipity y se queda dormida con La Guerra de las Galaxias, su actor y actriz preferidos son Brad Pitt y Julia Roberts y odia a Santiago Segura y a Rossi de Palma, su libro preferido es Carta a un niño que nunca nació y nunca pasará de la primera página de El diario de Ana Frank, se iría de vacaciones a Canarias pero nunca a África, su comida preferida es la pasta y rechaza la carne de caballo, bebe agua y nunca cerveza, y cuando comienza Crónicas Marcianas apaga la tele. ¿Muerde la mano que le va a dar de comer? Su madre dice que no, «que se trata de un malentendido», que su hija «seguro que no quiso decir eso». Experiencia La familia de Desiree es pudiente. Su padre es un hombre de negocios con empresas en Suiza, Italia y Galicia. Si dinero no le falta, ¿qué es lo que empujó a Desiree a la casa de Gran Hermano ? Sus padres dicen que lo hace «para sentir una experiencia nueva, para vivir algo distinto y conocer a gente». Aunque, eso sí, «si el dinero le llega, bienvenido sea». A la chica, que estudió Enfermería en Suiza y ahora lucha por convalidar sus estudios en España, siempre le gustó Gran Hermano. Ya en Suiza no se perdía la versión italiana del programa ( Grande Fratello ) y siempre comentó a la familia que le gustaría participar. Nada más llegar a España lo intentó, pero no fue seleccionada. Pero insistió y ahí está. Sus padres dicen estar tan felices con la aventura como su hija: «Tenemos una mentalidad de 360 grados, dimos varias veces la vuelta al mundo y que una hija se presente a un programa de televisión con el calado social que tiene éste no nos preocupa, sino que nos divierte y nos hace estar orgullosos de ella». Virtudes y defectos De su hija dan dos virtudes -«es una chica que va por la vida con el corazón en la mano y es muy cariñosa»-, y dos defectos -«no tiene seguridad en sí misma y es demasiado confiada»-. Desiree, a pesar de nacer y vivir en Suiza durante 22 años y de ser hija de padre italiano, se siente gallega. La raíz materna se le nota, según Ulisse Albertalli es «dulce, tiene ganas de vivir, ama a la familia y se deja querer como los gallegos». Aunque para ellos lo principal es participar, «llegar a donde llegó», creen que llegará lejos en el programa «por su carácter de persona alegre, porque es alguien que cae bien a todo el mundo y porque es nuestra hija». Y ojo, tiene un sueño: «Crear una familia numerosa».