«Siempre me río de mí mismo»

MERCEDES RODRÍGUEZ MADRID

TELEVISIÓN

Carlos Latre, imitador sin límites A sus 23 años y después de cinco colaborando en radio y televisión, Carlos Latre ha consolidado su éxito como humorista-imitador capaz de meterse en la piel de una variada galería de personajes y absorberlos de manera que alcanzan vida propia. Latre, castellonense, es uno de los profesionales de la pequeña pantalla en que directivos de cadenas y productoras han puesto sus ojos como posible fichaje. Pero él quiere seguir siendo «marciano» en el planeta de Sardá e ir poco a poco.

15 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

-Esta habilidad para imitar o crear personajes, ¿la ha tenido siempre, va en su naturaleza? - Sí, desde niño. Ya que siempre fui gordito me tenía que valer de la simpatía, de procurar ser gracioso. Cuando vi que se me daban bien las imitaciones decidí optar por ese camino. -¿Quería dedicar a esto de mayor o soñaba con otra profesión? -La ilusión de mi vida era convertirme en corresponsal en Estados Unidos. Quería ser como ahora Ricardo Ortega o en su día Jesús Hermida. Ser periodista es una ilusión que no he perdido todavía, no lo descarto porque tengo mucho tiempo por delante. No cierro ninguna puerta. Dejé el periodismo por motivos profesionales pero el proyecto está ahí, aparcado. -Uno de sus imitados, Pepe Navarro, habló bien de usted, dijo que quizá estaba desaprovechado, pero no estaba de acuerdo con que la misma cadena en la que trabaja él ahora le imitase paralelamente. -No sé. El mismo Pepe Navarro, al día siguiente de salir la imitación, me llamó personalmente para felicitarme. Uno de los objetivos de Crónicas marcianas es sacar salero de la actualidad, y de todos los programas. Al principio también fue imitado el propio Javier Sardá. -¿Usted se ríe de si mismo? - Siempre. Un chico como yo que se dedica a hacer reír a los demás lo primero que tiene que hacer es reírse de sí mismo. - Pero en España parece que el sentido del humor pasa por reírse de los demás -En España hay mucho morbo, y siempre nos ha gustado observar qué hace el vecino de enfrente. España es un país de prismáticos y creo que, efectivamente, gusta más reírse de los demás. Pero también tiene mucho sentido del humor. -¿A qué personaje ha tomado más cariño? -A Bea, mi becaria favorita. No es una imitación, Bea es como una figurita de barro que yo he ido modelando poco a poco y que tiene partes mías.