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Caixanova muestra en Vigo el cambio de siglo con obras del Museo Reina Sofía

08 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Analizando el transcurrir de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, se comprueba la rapidez con que se suceden las novedades artísticas. El cambio de destino en los viajes de los artistas españoles ¿de la Academia decimonónica de Roma al vanguardista barrio de Montparnasse¿ forma parte de una realidad que en poco tiempo plantea todo tipo de expresiones, que renuncian al largo apego del academicismo trasnochado y acaban por apuntarse al aire fresco que llega de fuera. Son momentos trascendentales, encadenados al ritmo de los nuevos rumbos sociales y políticos, que afectan, como no podía ser de otra forma, a la marcha del arte. Será una encrucijada de diferentes ramificaciones, unas cercanas a la tradición y otras a la modernidad. Habrá artistas participando de las influencias del postimpresionismo o de los primeros acordes del cubismo y el fauvismo; mientras otros, en cambio, deciden mantenerse por caminos paralelos con actitudes propias del pasado inmediato. Pero, en general, en este contexto finisecular de contrastes, afectado por los acontecimientos del 98 y el alcance de las nuevas tendencias, el proceso hacia adelante es un hecho. Entre esta maraña de opciones se abrirá paso, pues, el nuevo siglo. Cambio de siglo 1881-1925 , organizada a partir de fondos del Museo Reina Sofía, recoge obras de artistas representativos de las distintas tendencias de esta transición. Manolo Hugué, Anglada Camarasa, Julio González y Gargallo serán buenos compañeros de viaje de Picasso en Francia. Allí descubren las alternativas de nuevas poéticas y se enganchan al tirón de la vanguardia europea, saboreando in situ las primeras reacciones de los «ismos». «Noucentismo» Si París ejerce de anfitriona de los que se van, Barcelona, Madrid, Segovia o Bilbao acogen a los que impulsan «el noucentismo» ¿Enric Casanovas y Joseph Clará¿ y el realismo de la llamada «España negra», una imagen pesimista abanderada por las pinturas de Darío de Regoyos, Zuloaga y Solana, que tiene su paralelismo literario en las novelas de Unamuno. Una visión de «tragedias, comedias, sainetes y farsas bufas» que se enfrenta a la luminosidad de las creaciones de Sorolla. Dilatando, todavía más, las propuestas, Romero de Torres e Iturrino toman el camino pictórico de una identidad nacional asociada a la esencia de lo popular que pulula entre el costumbrismo de registro romántico y el tópico regionalista. En el Centro Cultural Caixanova durante este mes podremos revivir este tiempo de inquietudes intelectuales y cambios estéticos sin la presencia, eso sí, de autores gallegos. La única referencia a nuestro país, viene de la mano de Gutierrez Solana que en la parte inferior del lienzo El ermitaño escribe: «Al grande escritor Valle-Inclán, su admirador y amigo». Este reconocimiento marca también la pauta de la consideración que entre artistas y escritores se profesaba a la insigne figura del creador del esperpento. CAMBIO DE SIGLO 1881-1925 . Fondos del Museo Reina Sofía. Centro Cultural Caixanova de Vigo. Muestra abierta hasta el próximo día 22 de junio.