EE.UU. regula el tráfico de drones

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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MIKE SEGAR | REUTERS

Solo podrán volar durante el día, por debajo de 152 metros de altura para evitar su choque con aviones y a un máximo de 160 kilómetros por hora

17 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Son el futuro, pero ya están aquí y lo están tanto que el Gobierno estadounidense ha emitido la que será la primera reglamentación para el tráfico civil de vehículos voladores no tripulados de menos de 25 kilos de peso. Los drones solo podrán volar durante el día, por debajo de 152 metros de altura para evitar su choque con aviones y a una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora. Para pilotar uno de esos aparatos habrá que pasar un examen específico. Hasta ahora, la Agencia Federal de Aviación Civil pretendía que los pilotos de drones tuvieran que pasar el mismo examen que los pilotos de avionetas, que cuesta miles de dólares porque exige decenas de horas de vuelo. Al final se ha descartado esa opción y para convertirse en operador de drones solo se exigirá haber cumplido 17 años y obtener un título que costará, en EE.UU., alrededor de 300 dólares (unos 265 euros).

Pero la regla que ha provocado el enfado de las compañías, como Amazon, que confían en estos aparatos para su futuro, es la de que la persona que opere el dron no podrá perderlo nunca de vista. Esa es la razón también de que solo se permita su vuelo de día. La idea de Amazon es utilizar los drones para las entregas, pero, si el piloto no puede perder de vista el aparato, los drones no podrán hacer ese trabajo porque la distancia que deben recorrer es mucho mayor que la que abarca la mirada del piloto.

Aun si los drones no pueden ser utilizados para entrega de paquetería o servicio a domicilio de comida, las autoridades estadounidenses ven un montón de posibilidades de desarrollo de este nuevo medio de transporte. La fotografía y la cartografía aéreas, el control de cultivos o la inspección de estructuras de difícil acceso como antenas de telefonía móvil o puentes son las primeras en las que se usarán. La revista económica Business Insider calcula que en los próximos diez años esta nueva actividad genera, solo en EE.UU., un mínimo de 10.000 millones de dólares.

En Norteamérica, la oposición a la utilización de estos aparatos viene fundamentalmente de aquellos que creen que ponen en peligro aún más la privacidad. Para evitar que eso ocurra, la Casa Blanca emitió el domingo pasado un comunicado en el que especifica que el Gobierno estadounidense prohibirá expresamente que se usen drones para recoger información privada. Además, la Casa Blanca ha pedido que se revise la reglamentación de vuelo de los drones cada tres años para «asegurarnos de que las reglas avanzan al mismo ritmo que los avances tecnológicos», dice el comunicado.

Aunque estas son las primeras normas que se emiten para regular el vuelo de drones civiles, en EE.UU. hace ya unos años que unas cuantas compañías, y agencias del Gobierno, utilizan estos aparatos con permisos especiales. Precisamente, hace solo unas semanas, uno de ellos se estrelló en los jardines de la Casa Blanca. Parece que aquel suceso acabó de convencer al Gobierno estadounidense de la necesidad inmediata de aprobar una regulación para su uso. Las nuevas normas no son todavía definitivas, porque ahora los interesados tienen sesenta días para hacer alegaciones sobre ellas.