La flota nacional agotó su cuota, los barcos de anzuelo deberán devolver al mar el que capturen y el resto, evitar pescarlo o serán sancionados
04 nov 2021 . Actualizado a las 14:14 h.La medianoche de este jueves al viernes 5 de noviembre marca el adiós al besugo, el ollomol gallego, fresco capturado por la flota española que faena en caladeros comunitarios, tanto en los de Gran Sol y adyacentes como en los del Golfo de Vizcaya. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cierra la pesquería porque ya se han consumido los alrededor de 84.000 kilos de los que disponía España en aguas no nacionales del Golfo de Vizcaya (zonas 8 a, b, d y e), en la costa noroeste de Escocia e Irlanda del Norte (zona 6) y en el Mar de Irlanda, el Mar Céltico, el oeste y el suroeste de Irlanda, así como el banco de Porcupine (zona 7).
A mediados de junio, Pesca ya había reducido el tope diario y volvió a recortarlo a finales de julio, pero ni así se ha logrado estirar hasta final de año la cuota de un pescado muy valorado por los consumidores, pero del que España tiene tan poco cupo que la flota no puede practicar la pesca dirigida.
A partir de este viernes, los barcos que faenan con artes de anzuelo y líneas (palangreros de fondo) deberán devolver al mar todos y cada uno de los besugos que puedan capturar accidentalmente. Cumplirán la obligación de desembarque porque a esa especie se le aplica la exención de alta supervivencia, aunque deberán anotarlo en sus diarios de pesca.
Peor lo tienen el resto de barcos españoles en los caladeros comunitarios. A los arrastreros de fondo y a los volanteros solo les cabe dejar de faenar «en aquellas zonas donde potencialmente se puedan producir capturas de esta especie», explica Pesca en su resolución. Y si pescan un solo besugo, o más, todos «deberán ser llevados a puerto, siendo objeto de infracción»