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Un armador de Ribeira afectado por la oleada de robos: «Empezo afogado a campaña do polbo»

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS CREO

Doce mil euros ha perdido José Francisco Millares en seis semanas, primero le sustrajeron los equipos electrónicos y luego, las nasas

30 jun 2023 . Actualizado a las 20:33 h.

Caras le han salido las seis semanas de veda del cefalópodo al armador del barco Samuelito de Ribeira, José Francisco Millares, nada menos que un agujero de 12.000 euros a causa de unos robos en la embarcación que convierten en inservible su medio de vida. Descorazonado e impotente, afirma que «empezo afogado acampaña do polbo».

El lunes arranca la temporada y, efectivamente, para José Francisco Millares lo hará con el agua al cuello. Por una parte por lo que le han llevado y, por otra, porque estos días está teniendo que emplearse a fondo para hacer nada menos que 60 nasas.

A principios de mes, a José Francisco Millares le sustrajeron los dos plotter y el radar, un descalabro de diez mil euros. De nada sirvió que cada día fuese a mirar que todo estaba en orden en el barco, debidamente atracado en el puerto de Ribeira. A punto de concluir junio, a este profesional le aguardaba otra desagradable sorpresa: la sustracción de 75 nasas que tenía en el muelle para cuando tocara volver a echarlas al mar. Afirma que «leváronas con cabos e con todo».

Logró recuperar 15 porque quien las sustrajo no debía tener un remolque lo suficientemente grande para llevarlas todas o no las colocó bien, el caso es que se le fueron cayendo por el camino y a Millares, una vez supo lo ocurrido, le tocó ir siguiendo el rastro como si de migas de pan se tratase. El resultado, otros dos mil euros que había que sacar de la hucha.

Afirma el armador que «as nasas que me roubaron, eu coñézoas ao lonxe». Y tanto que las distingue, porque cada una de ellas es de factura propia. Así que ahora, antes de que llegue el lunes, Millares está afanado en montar 60 nasas para suplir las que le llevaron. El profesional explica que «trouxéronmas sen montar e merquei a rede, ao que hai que sumar o meu traballo».

El profesional reclama la adopción de medidas de vigilancia en el puerto de Ribeira para evitar la repetición de este tipo de sucesos: «O Samuelito é un barco do que viven tres familias».

Barco nuevo

Los 12.000 euros que ha tenido que desembolsar José Francisco Millares resultan especialmente costosos de asumir porque, comenta, está inmerso en la construcción de un barco.

El actual tiene 30 años y manifiesta que «non resulta factible que as compañías queiran facerlle un seguro». A este desembolso necesario para su trabajo, el ribeirense debe añadir el que le han ocasionado los ladrones. Reconoce que «equipareino co imprescindible para saír ao mar á espera de ter o novo barco».

Para cubrir las pérdidas que ha sufrido, José Francisco Millares solo aguarda que, por lo menos, la campaña del pulpo sea buena, haya producto en abundancia para equilibrar una balanza que ahora está descompensada.

Los robos en el puerto de Ribeira traen de cabeza a los profesionales del mar, que acuden al patrón mayor, José Antonio Pérez, en busca de soluciones que permitan asegurar el medio de subsistencia de muchas familias.

El dirigente del pósito no oculta su inquietud y señala que ha remitido un escrito a la presidenta de Portos, Susana Lenguas, demandando la celebración, en Ribeira, de una reunión. Explica que el objetivo es que al encuentro asistan el nuevo conselleiro de Mar, Alfonso Villar; la subdelegada del Gobierno y el alcalde.

José Antonio Pérez recalca que es precisa la adopción de medidas porque «hai xente que está a levar os aparatos para casa diariamente, así están as cousas». Incluso, el patrón mayor comenta que desde la entidad que preside tendrían alguna propuesta que realizar. Sin embargo, prefiere no avanzarla hasta que tenga lugar un encuentro que considera prioritario para mantener la economía de numerosas familias del municipio.