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Hemeroteca | Cuando el pescado viajó en tren por la huelga

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

En marzo de 1977, una movilización de transportistas también cortocircuitó la provincia de Pontevedra. El paro arrancó en Vigo, afectó también a los autobuses y causó desabastecimiento en las gasolineras

22 mar 2022 . Actualizado a las 04:55 h.

La huelga de transportistas que estamos viviendo estos días es portada en todos los medios de comunicación, pero, desde luego, no es el primer gran conflicto que vive un sector que más de una vez ha peleado por mejorar sus condiciones laborales. Sucedió, por ejemplo, en 1977. Comenzó en Vigo el 21 de marzo y pronto se extendió a toda la provincia de Pontevedra. «Esta es la primera huelga de transporte que se hace en la provincia desde antes de la guerra y su elaboración, según palabras de los propios organizadores, fue difícil y lenta, ya que hace dos meses que se viene gestando. La dificultad de su organización estriba en que es muy difícil reunir a conductores que trabajan individualmente y que casi siempre están esparcidos por España o el extranjero», explicaba La Voz en sus páginas.

Pero, ¿cuáles eran las reivindicaciones de entonces? Pues su tabla reivindicativa era la siguiente: salario mínimo de 30.000 pesetas (180, 3 euros) mensuales, dietas de 1.500 pesetas para España y de 2.500 para el extranjero, pagas extraordinarias en diciembre, beneficios y julio, treinta días de vacaciones, jornada de 44 horas, el IRTP (un impuesto que desapareció en 1978) a cargo de la empresa, revisión médica cada seis meses, que no sea objeto de despido el conductor al que le retiran el carné de conducir y jubilación a los 55 años.

Los transportistas explicaron entonces las condiciones de trabajo que tenían que soportar: viajes a Madrid tres veces por semana haciendo jornadas de 90 horas sin que se les pagaran las extras, sin vacaciones, mujeres que empezaban a trabajar en autobuses y estaban tres meses sin cobrar por ser mujeres y luego o se las ponía en nómina o se las echaba directamente sin cobrar, o trabajar hasta 22 horas seguidas. Contaban que los empresarios con un camión podían sacar hasta 370.000 pesetas al mes, de las que a ellos se les pagaban apenas 22.000. Y con testimonios estremecedores, como el de un camionero que tuvo que salir al extranjero, pese a estar casi sin frenos en el camión. «Pasé todos los semáforos de Londres en rojo y al final tuve un accidente del que salí vivo de milagro», recordaba.

El asunto es que, apenas cuatro días después, el paro ya se había extendido a toda la provincia de Pontevedra, que directamente, cortocircuitó. Al sumarse al paro los camiones que transportaban el pescado fresco, este tuvo que ser enviado en tren a Madrid, afirmaba La Voz de Galicia, que también constató que a mediodía del sábado 26 de marzo había quedado prácticamente agotada la gasolina Súper y en cuanto se corrió la voz las colas se multiplicaron en las estaciones de servicio.

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Sin transporte escolar

Era un conflicto en el que también estaban involucrados los conductores de autobús, con lo que hubo días en los que no funcionó el transporte escolar y algunos colegios decidieron directamente suspender el servicio de comedor y realizar una sesión única flexible, con la intención de facilitar la asistencia a clase de los rapaces. Se produjo en la capital de la provincia lo que desde La Voz se denominó como «caza del taxi»: había mucha gente que había podido llegar hasta Pontevedra, pero que luego ya no tenía manera de regresar a su punto de origen.

Mientras el paro seguía en pie, con pocos incidentes pero varios detenidos, ambas partes se reunían a diario para intentar llegar a un acuerdo y la fumata blanca llegó el día 29. Los transportistas consiguieron arrancar los siguientes compromisos: pagas de 25 y 28 días para las extras del 18 de julio y de Navidad de 1977 y de treinta días en el siguiente, además de la de beneficios, vacaciones de 28 días naturales y uno más por cada cinco años de antigüedad hasta un máximo de 30, dietas de 700 pesetas para los viajes en el territorio nacional, 1.000 pesetas en Portugal y 1.500 para los demás países del extranjero y una tabla salarial que fijaba sueldos de 19.050 pesetas para un conductor-mecánico, 18.420 para un conductor, 18.000 y 15.750, respectivamente, para un conductor y un cobrador de transporte de viajeros, 17.220 y 16.880 para mozo especializado y mozo de agencias de transporte y 14.250 para mozo de garaje. Hasta aquel momento, en las nóminas de la categoría máxima (la de conductor-mecánico) venía figurando el salario mínimo interprofesional, que entonces era de 11.780 pesetas (70,8 euros).

Los empresarios, además, se comprometieron a retirar las sanciones puesto que, según explicaron los sindicatos, en la mayoría de las empresas se cursaron cartas de despido a los trabajadores. Además, también se comprometían a que las tres personas que habían sido detenidas en Pontevedra mantuvieran sus puestos de trabajo. «Hubo compromiso formal, también, de que serán retiradas todas las sanciones y despidos y que no habrá represalias», concluía La Voz.