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Y con él llegó el escándalo

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

jan saetre

El mar se lleva las manos a la cabeza al creer que un nuevo bacaladero gallego zarpaba en martes... Iba rumbo al astillero

21 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un barco amarillo, para horror de los artistas, haciéndose a la mar un martes para escándalo de las gentes del mar. Solo falta «unha muller a bordo, un cura e un tripulante cun paraugas aberto» para completar la maldición, ironiza Iván López, gerente de Pesquera Áncora. Suyo es el pesquero de tan peculiar color, el Lodairo, a la sazón el bacaladero más moderno de toda la (menguada) flota bacaladera española, el de mayor eslora y potencia -86 metros y 5.000 caballos-, que después de un infierno de trámites administrativos acaba por fin de arriar la Union Jack para izar la bandera roja y gualda.

Y con su salida al mar se armó el escándalo. En un comentado post del capitán de pesca de Burela José Pino en las redes sociales, en el que repasa la trayectoria de varios bacaladeros y de las últimas parejas de esta modalidad de flota, este se lamenta de la pérdida de tradiciones marineras y, mantiene que, por más que el barco tenga pasado británico, sus ancestros vascogallegos deben estar revolviéndose en sus tumbas al saber que el pesquero se hizo a la mar por primera vez para intereses españoles un martes -el pasado-. Y con él, el mar entero se ha llevado las manos a la cabeza por no haber dejado pasar el minuto de rigor de las 24 horas de ese día para observar la superstición y espantar el mal fario.

Pero, a veces, las apariencias engañan. Es cierto que el barco salió del puerto de Vigo, donde estaba atracado, y se hizo a la mar el martes, pero no para faenar, sino rumbo a Ferrol, donde se está sometiendo a unas pequeñas reparaciones en las instalaciones de Navantia. Desde luego, «despois de dous meses co barco amarrado en Vigo, expostos a unha burocracia desesperante para cambiarlle o nome e a bandeira, non nos custaba nada esperar unhas horas máis para saír ao mar un día máis tarde», aclara López.

Al caladero no irá en martes

Pero su bautismo de pesca aún no se ha producido. Llegará tras los retoques que ahora lo tienen en el dique seco. Después, zarpará rumbo al caladero. «Pero non en martes», asegura el gerente de Pesquera Áncora, que, para horror de los de la farándula, sí seguirá con el casco amarillo. Pero esos son de otro gremio, no del marinero, que ya bastantes supersticiones acumula sin tener que entrar en matices cromáticos que atemorizan a ajenos. Que el Lodairo sea de ese tono se debe a que es el color distintivo de la empresa inglesa a la que fue adquirido con el nombre de Kirkella. Y de ese tono seguirá cuando ponga rumbo al caladero para pescar bacalao en las inmediaciones de Noruega. López espera sea más pronto que tarde, dado que el barco debe agotar antes del 31 de diciembre la cuota que todavía dispone. Tal vez después se haga una presentación oficial de un barco «con tecnoloxía moderna e grandes comodidades para a xente», con camarotes para dos personas y baño privado, y avances en seguridad.

El rebautizado Lodairo -un nombre que, como indica Pino, lleva casi 60 años en los registros- fue construido en Turquía en el 2015 y aglutina ahora todas las posibilidades de pesca de bacalao que Pesquera Áncora tenía antaño repartidas en ocho embarcaciones. Estos cupos, después de desguazar y vender los Arosa que tenía, colocar en Portugal en al Nuevo Virxe da Barca, y mandar el Nuevo Virxe do Lodairo a Estonia, se agruparon en el Nuevo Barca, el único con el que se quedó. En un principio, el grupo empresarial al que pertenece la viguesa Pesquera Áncora pretendía sustituir ese pesquero por otro de nueva construcción, pero finalmente la filial española decidió ceder a la firma inglesa el que se montará nuevo y quedarse con el llamativo Kirkella. Este y el Monte Meixueiro, de la empresa Valiela, son los únicos supervivientes gallegos de la flota bacaladera.

Protagonistas de película

Y dirán: ¿qué tiene que ver la traducción del título de la película de Vicente Minnelli en esta crónica? No mucho, pero viene bien para dar matices cinematográficos a un segmento de flota que ya está acostumbrado a las cámaras y a la pantalla grande. Porque, como recuerda el capitán Pino en su post, sus predecesores el Nuevo Virgen del Lodairo y el Nuevo Virgen de la Barca -entonces de Pescafría- aparecen en la película Terranova, de Fran Llagostera, inspirada en la novela de Raúl Guerra Garrido La mal es mala mujer. Mucha farándula. No, si al final habrá que cruzar los dedos también por eso del amarillo...