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Las ventas de mejillón gallego a Francia caen un 30 % de golpe por el terrorismo

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

La Costa Azul es el principal destino del molusco, pero acusa una bajada de turistas

19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con permiso de las biotoxinas marinas, la inmensa mayoría de los polígonos de mejillón de las rías gallegas permanecen abiertos para satisfacción de bateeiros, depuradores y comercializadores, que, literalmente, están haciendo su agosto. «Estase traballando a tope dende o día 15», explica Ramón Blanco, presidente de los depuradores. La segunda quincena de este mes y la primera de septiembre son unas épocas de gran demanda, cuando las ventas se multiplican. Y este año el sector tiene la suerte de cara porque la marea roja ha tenido a bien respetar la campaña.

Aunque ha habido años mejores. Blanco subraya que el mercado francés no está demandando tanto mejillón como acostumbraba y el presidente de los depuradores lo achaca, curiosamente, a los atentados de Niza. Porque la turística Costa Azul gala es uno de los principales destinos de los bivalvos gallegos que cruzan los Pirineos. Sin embargo, tras el ataque del 14 de julio, en el que murieron 84 personas, la ciudad ya no es el hervidero habitual de visitantes. Por tanto, la demanda de moluscos también se ha resentido. El caso es que «a Francia estamos vendendo menos, entre un 30 e un 40 % menos», aclara Blanco. Aún así, al país galo se está exportando en torno a 150 toneladas diarias de mejillón de las rías gallegas, avanzó el presidente de los depuradores.

Blanco informó de que una parte aún pequeña de la producción va también a Italia, pero el molusco llena, sobre todo, los estómagos de los españoles y se venden a la costa catalana, al sur del país y también a Asturias, País Vasco... Y Galicia, claro. 

Una primavera desastrosa

El panorama que dibujaba la marea roja, que va y viene a lo largo del año, hace bien poco, en junio pasado, no era tan halagüeño como lo es ahora. Entonces, todos los polígonos de bateas permanecían cerrados por la presencia de las biotoxinas, que empezaron a afectar a las instalaciones en marzo. Y Ramón Blanco no se mostraba entonces demasiado optimista sobre la campaña de verano. De hecho, avanzaba que la asociación de depuradores iba a mantener una reunión para replantearse su actividad y analizar si deberían dedicarse a otra cosa. El encuentro se celebró, se presentaron propuestas, pero quedaron aparcadas al ver cómo remitía poco a poco la marea roja en los polígonos. 

Cinco polígonos recién cerrados

El panorama puede volver a torcerse pues el Instituto para o Control do Medio Mariño (Intecmar) decretó en la última semana el cierre de cinco polígonos en Cangas, Baiona y Buen. Además, dos instalaciones más permanecen cerradas desde finales de marzo. En total, siete polígonos fuera de servicio por el momento del medio centenar que salpican las rías, sobre todo del sur de Galicia.