Frank Cuesta admite haber comprado animales y envenenado a perros y gatos en unos comprometedores audios: «Voy a poner veneno para que mueran todos los putos perros»
SOCIEDAD

«Acabo de pillar tres suricatas pequeñas, y me las han dado bastante baratas, por 30.000, que a la gente le gustan las putas suricatas», dice en uno de los audios
07 may 2025 . Actualizado a las 08:42 h.Frank Cuesta vive uno de los peores momentos de su vida. El creador de contenido español encadena una polémica tras otra. A sus problemas de salud, por el cáncer que padece desde hace más de 15 años y el reciente ataque de una cobra escupidora, se sumaron su detención a principios de año por posesión ilegal de animales y ahora, una nueva controversia que pone en tela de juicio más que nunca su labor como herpetólogo defensor y amante de los animales. En unos audios difundidos por Luciano Chi, quien fue su amigo y mano derecha en Tailandia, Frank admite haber comprado animales, haber envenenado a perros y gatos y haber fingido la supervivencia de animales que habían muerto en su refugio.
Las comprometedoras grabaciones han dado la vuelta al mundo en redes sociales tras su divulgación en una tertulia de YouTube. Y, de ser ciertas las declaraciones de Frank Cuesta, no es para menos. En primer lugar, y a pesar de su larga historia de alegatos en contra, el supuesto animalista reconoce en varios de esos audios haber comprado animales para su santuario. «Acabo de pillar tres suricatas pequeñas, que las quería esta en el refugio y me las han dado bastante baratas, por 30.000», le dice a su colega de viva voz. En otro, asegura estar encargando varias especies. «Yo calculo que hay que tener unas 30 serpientes, unos diez tipos de tortugas y unos diez tipos de lagartos», se le escucha decir, «calculo que 50 animales para ir haciendo. Tiene que quedar de puta madre». En otro asegura haber comprado diez conejos y diez cobayas, y también dos patos, un gallo, una gallina, «y no sé qué otra mierda llevo», añade.
También habla de adquirir otra especie, más difícil de conseguir. «Llevo intentándolo más o menos un año», comenta, «pero es que es de Australia y es muy difícil pillarla; posiblemente habrá que traerla de un zoo».
Lo recogido en los audios contrasta con las declaraciones anteriores de Frank, que había advertido en muchas ocasiones sobre la necedad que supone comprar animales en el mercado negro. En varias ocasiones criticó vehementemente a quien lo hacía para soltarlos luego en libertad, argumentando que de esa forma, al pagar, se seguía fomentando ese comercio ilegal.
Sus objetivos con la compra, según declara en los propios audios, no serían ni mucho menos tan altruistas. «Hay que tener suricatas, que a la gente le gustan las putas suricatas», dice tras mencionar que las había comprado. «Esto hay que llenarlo todo de bichos», afirmaba en otro. «Cuando terminemos el curso, lo que hacemos es soltar los bichos, que eso mola», declaraba sobre sus intenciones a la hora de adquirir las serpientes, las tortugas y los lagartos.
Además, en unas conversaciones de WhatsApp, Cuesta reconoce haber silenciado la supervivencia de una cacatúa que había muerto comprándose otra.
Veneno y vallas con pinchos para perros y gatos
En otros audios, Frank también alude a las medidas que pretendía usar para librarse de los gatos y los perros que habían matado ya a varias de las especies del santuario. Critica a las autoridades de Tailandia, al que llama «puto país de mierda» y a sus habitantes, a los que califica como «puta gente de mierda». También a los perros que campan por el lugar.
«Quedan dos suricatas y una tiene un mordisco, esto es insufrible», le explica a su interlocutor, «putos perros de mierda, hay que venir con petardos, hay que sacar a esos perros, hay que llamar al paleta para que eleve un poco más la puta valla y poner veneno. Voy a poner veneno todos los putos días de mi vida ahí fuera para que mueran todos los putos perros», dice con una severidad sorprendente para quien se dice amigo de los animales.
Para que no entren, usa un método controvertido. «El alambre con púas va encima de la valla; si saltan se van a comer el puto alambre por todos los lados, pero encima de la valla hay que poner tres filas de pinchos para que no puedan saltar», explica en uno de los audios.
Otro de sus objetivos era un gato, «grande, de color naranja». Según comenta, ha matado conejos, gallinas y patos, por lo que alude a la utilización de veneno para matarlo. «Lo voy a matar a ese hijo de puta; le voy a meter una trampa y lo voy a matar con gusto», amenaza, antes de explicar su método: «Voy a hacer un mix de comida de gato con polvo de veneno, lo mezclo bien, que se lo coma el hijo de puta y que explote». Además, asegura que «si tienes un gato, te lo guardas en casa». Los youtubers muestran, además, una imagen del supuesto gato comiendo del tarro con veneno.
La justificación de Frank: «Aquí no maté a ningún animal»
Frank Cuesta ya se había referido a su enemistad con su antiguo colega Chi, diciendo que era consciente de que, si quería, podía destruirlo con toda la información que tenía. Pero en un vídeo, anticipándose a las posibles filtraciones, el creador de contenido se autojustificaba, diciendo que cuando hablaba del veneno, lo que intentaba era evitar que su amigo tomase esa medida. Según él, le prometía que él se iba a ocupar de envenenarlos para que su mano derecha no lo hiciera. «Yo aquí no maté a ningún animal», ha dicho, aludiendo a que posiblemente podrían salir fotos o vídeos intentando demostrarlo.
Según su versión, el envenenamiento no era tal, sino que simplemente les daba laxante. «Les dejé el rollo ese para que se cagasen», aseguró, «no se mueren por tomar un laxante». Era su método para evitar que accedieran. «Si entran seis perros en tu vecindario y están atacando a tu perro, si tienes una pistola les pegas seis tiros. Pues yo hago lo mismo con los animales», ha manifestado. Asegura que intentó por todos los medios hablar con los vecinos para que sus perros y gatos no accediesen allí, sin éxito.
«Estaba construyendo una valla y seguían entrando. ¿Qué voy a hacer?», se justificó. Y de ahí que tomase la supuesta decisión de darles laxante. «Las rellené con el ungüento ese para que se cagasen por la pata abajo».
En su Instagram, el creador de contenido asegura que no va a hacer más declaraciones hasta que «se aclaren todos los procesos judiciales en curso». «Soy consciente de que es de interés que aclare la información que de manera delictiva se está filtrando, manipulando y exponiendo con un claro fin de destruir tanto mi vida profesional como personal», ha declarado.