
Se despertó a las seis y una hora más tarde sufrió un ictus. La Santa Sede prevé trasladar su cuerpo a San Pedro este miércoles. El funeral se celebrará entre el viernes y el domingo, y el cónclave arrancará previsiblemente entre el 5 y el 10 de mayo. España ha decretado tres días de luto oficial
21 abr 2025 . Actualizado a las 22:07 h.El papa (Buenos Aires, 1936) ha fallecido este lunes, a los 88 años, pasadas las siete y media de la mañana en su residencia de la Casa Santa Marta. «El Obispo de Roma regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados», comunicó a primera hora el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel. Según el Corriere della Sera, Francisco se levantó a las seis y una hora más tarde se encontró mal. Según informó el Vaticano en su parte de defunción, sufrió un ictus cerebral que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible.
Jorge Mario Bergoglio se recuperaba en el Vaticano de una «una infección polimicrobiana del tracto respiratorio» que lo mantuvo 38 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma. Ayer mismo, Domingo de Resurrección, había salido al balcón principal de la basílica de San Pedro para impartir la bendición Urbi et Orbi. «Hermanos y hermanas, buena Pascua», pronunció ante los fieles desde su silla de ruedas. Con visibles dificultades para hablar, pero sin cánula nasal, felicitó brevemente la fiesta cristiana y presenció la lectura de su liturgia.
La maquinaria vaticana ya se ha puesto en marcha para arrancar la liturgia fúnebre y convocar el cónclave del que saldrá el próximo pontífice. Este tarde, después de las ocho, se ha llevado a cabo el rito de la constatación de la defunción del pontífice en la capilla de su residencia y su cuerpo ha sido colocado en el ataúd para ser velado. Al acto han sido invitados sus familiares, el decano del Colegio Cardenalicio y el director y el vicedirector del departamento de salud del Vaticano. Mientras, en la Plaza de San Pedro cientos de fieles rezan por el alma del santo padre. A las siete y media arrancó el rezo del rosario.
También en la tarde de este lunes se cumplió el rito de sellar con una cinta roja y un lacre de mismo color los apartamentos pontificios, tanto el de su residencia en la Casa Santa Marta como el del Palacio Apostólico, que no usaba. El fin es garantizar la seguridad de todos los documentos y pertenencias del papa fallecido.
El Vaticano prevé trasladar el cuerpo del papa a la basílica de San Pedro el miércoles, para que todo el que quiera pueda acercarse a darle un último adiós. El proceso posmortem será acordado en las reuniones de cardenales, dirigidas por el purpurado decano, el italiano Giovanni Battista Re. Mañana martes tendrá lugar la primera, con los que ya se encuentren en Roma, en la que se decidirá la fecha del funeral.
Según ha explicado la Oficina de Prensa del Vaticano, el texto litúrgico establece que el funeral debe tener lugar entre el cuarto y el sexto día después de la muerte, es decir, entre este viernes y este domingo. El cónclave debería comenzar entre el día 15 y el día 20 después de la muerte, que sería entre el 5 y el 10 de mayo. El Gobierno español ha decretado tres días de luto oficial.
El papa Francisco dejó escrito en su testamento, que se ha hecho público este lunes, su voluntad de ser enterrado en una capilla en la basílica romana de Santa María la Mayor y en una tumba sencilla en la tierra. «Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el documento adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», se lee en el testamento.
El nuevo hombre de referencia en la Santa Sede es ahora el camarlengo Kevin Farrell, de 77 años, que desde el 2016 es el prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida. Hasta que sea elegido el próximo papa, ejercerá como gobernante de la Santa Sede, en estado vacante, pero solo para cuestiones de ordinaria administración.
Un cónclave más internacional
Serán un total de 135 los cardenales que escogerán al nuevo papa. España es actualmente el tercer país con mayor representación en el Colegio Cardenalicio, por detrás de Italia y Estados Unidos, al contar con 13 miembros españoles. De ellos, solo cinco religiosos tendrán voto: el asturiano Ángel Fernández Artime, salesiano; el arzobispo emérito de Valencia, Antonio Cañizares; Carlos Osoro, arzobispo de Madrid entre el 2014 y el 2023; su sucesor, el jienense José Cobo; y Juan José Omella, actual arzobispo de Barcelona.
Francisco deja como legado una Iglesia más universal, que representa a todos los rincones del mundo y no solo a Europa. Durante su papado, nombró al 80 % de los 135 cardenales que formarán parte del cónclave, que será el más concurrido de la historia. Pero los 110 cardenales nombrados por Bergoglio no constituyen en modo alguno un cuerpo electoral homogéneo, ni tampoco garantizan que el próximo pontífice vaya a seguir siendo reformista.
Habrá 24 cardenales latinoamericanos posibles electores, aún lejos de los 55 europeos, pero aunque los italianos siguen siendo el grupo más numeroso su peso relativo ha disminuido con el paso de los años: eran 28 sobre los 115 que en el 2013 eligieron a Jorge Bergoglio y ahora serán 18 sobre 141. De Asia hay 25 purpurados y de África, 18 electores. Es precisamente este el primer dato que salta a la vista, el considerable crecimiento del número de cardenales procedentes del continente asiático: habiendo permanecido prácticamente invariables en los 35 años que separan la elección del papa Wojtyla de la de Francisco, actualmente se han más que duplicado.
Sus muchos problemas de salud
Desde muy pequeño, sufrió problemas de salud. A los 21 años le fue extirpado parte de un pulmón por una grave infección, una intervención que marcó su salud de por vida, Vulnerable ante enfermedades respiratorias, estuvo ingresado en el hospital hasta en cuatro ocasiones desde que fue nombrado papa.
En marzo del 2023, sus médicos le diagnosticaron una bronquitis aguda, por la que fue hospitalizado tres días. Dos años antes había sido sometido a una cirugía en la que le fueron extraídos 33 centímetros del colon por un estrechamiento del intestino grueso. En junio del 2023 fue operado de nuevo del abdomen. Esta vez se le trató una hernia incisional, resultado de una mala cicatrización por las cirugías anteriores. Finalmente, el 14 de febrero del 2025 ingresó por una pulmonía bilateral y permaneció en el hospital Gemelli más de un mes hasta que fue dado de alta el 23 de marzo.
El papa viajero que no fue a España ni a su Argentina
Francisco, sucesor número 265 de San Pedro, fue elegido a finales del 2013, en el cónclave convocado tras hacerse efectiva la renuncia de Benedicto XVI. Tenía entonces 76 años y emergió como un papa alejado tanto de los juegos de poder de la Curia romana como del eurocentrismo que había marcado durante siglos el devenir de la Iglesia. En sus casi 12 años como pontífice, se destapó efectivamente como uno de los líderes más influyentes del panorama internacional, con una repercusión que alcanzaba más allá de los casi 1.400 millones de católicos que hay en el mundo.
Durante su pontificado, el Francisco realizó un total de 47 viajes internacionales a 66 naciones diferentes, además de a 49 ciudades de Italia, y tocó cuatro continentes, pero nunca viajó a España ni a su Argentina natal, aunque siempre dijo que lo haría. «No voy a ir a ningún país grande de Europa hasta que no termine con los pequeños», explicaba cuando le preguntaban al respecto.
Sobre la posibilidad de visitar la tumba del Apóstol, Francisco siempre respondía: «Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España». Finalmente, Compostela, uno de los principales centros de peregrinación para la cristiandad, no llegó nunca a recibir al papa argentino; sí contó con la presencia, en su día, de Benedicto XVI y Juan Pablo II.