Las olas de calor se adelantan y las de junio se han triplicado en doce años

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Varios madrileños se refrescan ante las altas temperaturas
Varios madrileños se refrescan ante las altas temperaturas Eduardo Parra | EUROPAPRESS

La primera del verano activó la alerta roja en zonas de Córdoba y Sevilla

26 jun 2023 . Actualizado a las 19:29 h.

Alerta roja en las campiñas de Córdoba y Sevilla. Cuando aún no ha empezado el mes de julio estas zonas han estrenado el decreto aprobado en mayo por el Ministerio de Sanidad que obliga a adaptar las condiciones de trabajo, o incluso a prohibirlo, cuando se alcanzan temperaturas extremas. Y en ambos casos se ha llegado al valor crítico: con valores que han llegado a los 44 grados. Esta situación se ha dado en el contexto del primer episodio de ola de calor del verano que registra España, aunque el fenómeno se circunscribe fundamentalmente al centro y al sur.

Podría parecer algo normal. Pero no lo es. Como tampoco lo son las olas de calor en junio. O quizás habría que hablar en pasado. No lo eran. Porque en el contexto actual de cambio climático este tipo de fenómenos se han vuelto más frecuentes. Y lo serán más aún en el futuro.

«Nos hemos acostumbrado a tener olas de calor en junio, pero no es lo normal», advirtió Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, en un encuentro que mantuvo con otros colegas y con la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

«Antes —precisó Del Campo— teníamos una ola de calor en junio cada 7 años, aproximadamente, pero en los últimos 12 años se ha triplicado la frecuencia de olas de calor en estas fechas». Y añadió: «Tenemos un incremento de 3 días por década de número de días de ola de calor cada verano». La actual es la octava que se registra desde el 2011.

José Manuel Vidal | EFE

Desde los años 70 hasta ahora se han registrado 15 días más de calor, una situación que se produce en un contexto de calentamiento global y cambio climático en el que la temperatura media en España ha subido 1,2 grados con respecto a los niveles preindustriales. Y solo en este escenario tienen lógica los episodios de temperaturas extremas cada vez más frecuentes, lo que también viene acompañado por un alargamiento del verano climatológico. «Van ganando terreno al otoño y, sobre todo, a la primavera, porque estamos asistiendo a casi 7 días por década de comienzo temprano del verano», sostuvo Rubén del Campo, quien argumentó que «si el verano dura más es más lógico pensar que las olas de calor pueden llegar antes y, además, lo hacen con temperaturas cada vez más altas».

El hilo argumental fue recogido por la ministra Ribera, quien subrayó que estos episodios serán cada vez «más terroríficos» y recurrentes y que, sin ninguna duda, dado que así lo confirma el consenso científico, están vinculados al cambio climático.

En esta línea abundó la meteoróloga de la Aemet Estrella Gutiérrez, quien incidió en el hecho de que los fenómenos meteorológicos actuales «están directamente relacionados con el contexto de cambio climático actual». Roberto Brasero, el meteorólogo de Antena 3, se sumó a este argumento para recalcar que las olas de calor se han adelantado y son ahora «tres veces más frecuentes», ya que este fenómeno habitualmente empezaba en julio, y no en junio.

Teresa Ribera anunció que en uno de los consejos de ministros de julio se aprobará el Observatorio de Salud y Cambio Climático.

En el encuentro, los meteorólogos también hablaron del negacionismo climático, cada vez más extendido sin una razón lógica, ya que el consenso de la ciencia mundial apunta claramente hacia un cambio climático acelerado propiciado por la emisión indiscriminada de gases de efecto invernadero por parte de la actividad humana.

rafa alcaide | EFE

En este sentido el meteorólogo Albert Barniol lanzó un mensaje contundente: «Hay una cosa importante, que es la unanimidad que tenemos nosotros, meteorólogos y científicos, que coincidimos de una forma tan abrumadora en lo que estamos viendo ahora, lo que es una buena barrera contra todas estas pequeñas intentonas de mancillar la problemática que tenemos. Yo no pienso perder el tiempo con los negacionistas», sentenció.

En verano hace calor, pero no como ahora

Tampoco se quedó corto en la crítica Roberto Brasero, a quien hay un hecho que le molesta especialmente: que se diga que en verano siempre ha hecho calor como frase para restar la importancia del cambio climático. «La gente en general -dijo- sí está muy concienciada con el cambio climático, pero hay una parte que responde a esto con una manera de criticarlo con la que yo no estoy de acuerdo: 'En verano siempre ha hecho calor'». En este sentido destacó que a los divulgadores les corresponde la misión de contar «está haciendo más calor de lo habitual, con más frecuencia y con más intensidad».

A Galicia, libre de alertas, llegará un frente poco activo el jueves

Anticiclón sí, pero la ola de calor ni ha llegado a Galicia ni tampoco se la espera. Con la excepción de las altas temperaturas que se registraron en casi toda la comunidad entre el viernes y el sábado pasado, el mapa meteorológico revela desde este lunes una de las situaciones más típicas y habituales de la comunidad en verano: temperaturas suaves, con oscilaciones que van de los 20 grados en A Mariña a los 30 de Ourense, y vientos del nordeste. Es la configuración más tradicional para esta época del año.

Y el nordeste es, precisamente, el que ha librado a Galicia de la ola de calor que se ha centrado en el centro y el sur peninsular. «Es el que impide que la masa de aire cálido que viene de África entre en el norte», explica Marga Souto, de MeteoGalicia.

En la estación de Camariñas, en A Costa da Morte, se registraron ayer velocidades de 69,4 kilómetros por hora.

Esta situación se mantendrá en los próximos días, aunque se verá interrumpida el jueves, día en el que se espera la llegada de un frente que traerá lluvias, aunque será poco activo, por lo que las precipitaciones, que no serán muy abundantes, se concentrarán fundamentalmente en las zonas costeras y especialmente durante la mañana. También está prevista una bajada de las temperaturas y un aumento generalizado de la nubosidad.

Las temperaturas, por ejemplo, bajarán en Ourense hasta los 28 grados de máxima, cuando en los últimos días estaban por encima de los 30, mientras que las mínimas se situarán en los 16. En A Coruña la franja irá de 17 a 21 grados; en Vigo, de 17 a 26; en Pontevedra, de 16 a 26; en Santiago, de 16 a 22, y en Lugo, de 14 a 24. El viento será moderado de componente norte.

El viernes será una jornada de transición, por lo que es probable que de cara al fin de semana se recupere la situación plenamente anticiclónica. Eso sí, con vientos del nordeste.

Mientras tanto, y salvo en el norte, en el resto de España se mantendrá el episodio de altas temperaturas, aunque no tan intensas como las registradas este lunes. La Aemet informa de que Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y la Comunidad de Madrid estarán en aviso naranja por calor, mientras en amarillo estarán Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Cataluña, esta última además por lluvias y tormentas. Pero no hay ninguna alerta roja.

Afectados por la ola de calor: «Lo que aguantamos aquí los sevillanos no lo aguanta nadie»

Los trabajadores cuya actividad laboral esté expuesta a altas temperaturas verán modificada su jornada, que pasará a intensiva, según un real decreto ley aprobado en mayo por el Gobierno que prohíbe el trabajo al aire libre en las horas centrales durante episodios de altas temperaturas si la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) decreta una alerta roja o naranja.

En este sentido, algunos trabajadores cuya actividad se desarrolla en la calle han comentado cómo llevan la subida del mercurio, aunque son empleados de la ciudad de Sevilla, donde por el momento no se ha aplicado la norma más extrema. «De momento lo estamos llevando bien porque como estamos regando siempre un poco más de fresco nos da, además vamos a las fuentes públicas todo lo que se puede e intentamos regar siempre desde la sombra hacia el sol», ha explicado un operario de jardinería del Ayuntamiento sevillano.

Al hilo, ha recordado que conocen el protocolo ante altas temperaturas y las medidas a tomar ante estos episodios de calor, aunque ha asegurado que «hay compañeros que lo llevan peor y otros mejor». Por su parte, un repartidor ha señalado sofocado por las altas temperaturas que «se suda mucho» sobre todo «cuando no hay aparcamiento» y hay que «hartarse de andar» con el pedido en la carretilla, porque este calor «no hay quien lo aguante».

En esta línea, varios cocheros de caballo han considerado que esta subida del mercurio «es criminal» porque el calor es «insoportable» y a lo único que pueden recurrir es al «agua fresquita y la sombra». «Intentamos buscar la sombra, también para los animales, pero lo que aguantamos aquí los sevillanos no lo aguanta nadie», dijo.