Verónica Bolón: «Somos cobaias da intelixencia artificial»

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

ANA GARCIA

La investigadora de la UDC, distinguida con el premio Ada Byron del Colexio Profesional de Enxeñaría Informática de Galicia, cree necesaria una urgente regulación de la IA, aunque considera que sus beneficios compensan a sus prejuicios

05 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cualquier fármaco tiene que pasar por exigentes ensayos clínicos antes de ser aprobado. Lo mismo que cualquier electrodoméstico tiene que superar un control de calidad y seguridad antes de salir al mercado. Incluso un simple bolígrafo o una mera libreta tienen que hacerlo. Entonces, si cualquier producto debe pasar por un examen antes de llegar al consumidor, ¿por qué no ocurre lo mismo con algo tan importante como la inteligencia artificial, con capacidad para manipular o influir en nuestras vidas? Es la reflexión que lanza la ingeniera informática de la Universidade da Coruña Verónica Bolón Canedo (Carballo, 1984), que acaba de ser distinguida con el Premio Ada Byron que concede el Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia (CPEIG).

«Somos cobaias da intelixencia artificial», admite sin reparos Verónica Bolón, que, como científica, se muestra entusiasmada ante los enormes avances de una especialidad en la que trabaja, pero que, como persona, afirma sentirse «moi preocupada». No pide una moratoria de seis meses al desarrollo de la IA, como han solicitado en una carta abierta más de 1.000 expertos, entre ellos Elon Musk o Steve Wozniak, porque considera que «o seu avance é imparable e ninguén o vai poder frear», pero sí cree que es vital «unha regulación urxente».

«As leis -reflexiona la ingeniera- sempre son máis lentas que os avances científicos, pero hai que facer un esforzo urxente, porque estamos ante un nivel de explosión da IA que hai que controlar. Se os gurús e pioneiros da intelixencia artificial están preocupados, máis preocupados debemos estar nós».

El problema es que la especialidad avanza mucho más rápido aún de lo que habían planificado los propios científicos. Las expectativas se han superado con creces, con el peligro que conlleva un proceso más acelerado que las reglas que pueden poner coto a sus peligros, tal y como esta misma semana denunció uno de los padres de la IA, Geofrrey Hinton. Y lo mismo cree Verónica Bolón. «A min, que traballo nisto, si me din que hai algo máis dun ano que ía xurdir algo como ChatGPT diría que non o creería. E aquí o temos».

Queda todavía el gran reto de crear una inteligencia artificial general, que prácticamente pudiera actuar como los humanos y que no responda únicamente a cuestiones específicas, tal y como ocurre hoy en día. Algunos veían imposible que algún día pudiera llegar algo así, otros que quizás en 50 años. Pero ahora no se sabe. «Eu -avanza Bolón- xa non fago prediccións, porque en cinco anos igual o temos aquí, porque estanse a invertir miles de millóns e hai empresas moi grandes detrás, empresas que tamén se deberían controlar ou actuar de acordo con unhas reglas que agora non existen».

Insiste en que la regulación es el camino y que una buena opción es la que plantea la Unión Europea. «É necesario -dice- desenvolver unha lei que regule que estes sistemas de IA deben respetar os dereitos das persoas e a privacidae dos datos e, sobre todo, que establezan un castigo se alguén utiliza a IA con fins inadecuados. Un uso inadecuado tería que ter un castigo, porque pódese utilizar para manipular a xente».

La inteligencia artificial tiene un reverso oscuro, pero también un potencial enorme para mejorar nuestra sociedad y la calidad de vida de las personas en una multitud de áreas que van desde la sanidad a la mejora de la eficiencia energética o la innovación industrial. Puestos los dos aspectos en la balanza, la conclusión es que los beneficios pueden ser mucho mayores que los prejuicios, siempre que su desarrollo se haga de forma controlada y regulada. Es lo que opina Verónica Bolón. 

«Cando apareceu o coche -reflexiona la ingeniera- ¿compensaban os coches con respecto aos carros? A resposta é que sí, pero houbo que poñer unhas normas: uns límites de velocidade, uns criterios de seguridade dos vehículos...Pois o mesmo ocorre ca intelixencia artificial, que compensa pola súa capacidade de extraer miles de millóns de datos para poñelos en valor. Pero, como nos coches, hai que regulala».

Verónica Bolón recibirá el Premio Ada Byron el próximo 16 de junio. «A verdade é que estou nun bo momento profesional», admite, porque hace tan solo unas semanas que ingresó en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, a lo que se suman numerosos reconocimientos que ha obtenido en su aún corta pero fructífera carrera.