Aprobadas definitivamente en el Congreso la reforma de la ley del aborto y la ley trans

M. V. REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

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Ambas han salido adelante con el apoyo de la amplia mayoría de la Cámara

16 feb 2023 . Actualizado a las 19:48 h.

El Congreso ha aprobado este jueves de forma definitiva la reforma de la ley del aborto y la ley trans, ambas con amplia mayoría. La norma que garantiza el derecho a interrumpir un embarazo en el hospital público más cercano y que incorpora la salud menstrual como un derecho, con bajas por reglas incapacitantes, ha salido adelante con 185 a favor (PSOE, Unidas Podemos, Esquerra Republicana, CUP, EH Bildu y Más País) y 154 en contra (PP y Vox), sin abstenciones. La ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI ha obtenido 191 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos y el bloque de la investidura), 60 en contra y 91 abstenciones. La exvicepresidenta de Gobierno y actual presidenta de la Comisión de Igualdad el Congreso, la socialista Carmen Calvo, ha vuelto a romper la disciplina de voto de su grupo parlamentario y se ha abstenido. Una vez oficializadas en el BOE, las normas entrarán en vigor un día después de su publicación. 

La nueva ley del aborto, que pone al día la ley de plazos de Zapatero del 2010, devuelve a las menores de 16 y 17 años el derecho a interrumpir un embarazo sin consentimiento paterno, contempla por primera vez medidas relacionadas con la salud menstrual como bajas remuneradas por reglas dolorosas, y blinda el acceso al aborto frente a protocolos antiabortistas como el planteado por Vox en Castilla y León. De hecho el Pleno del Congreso  ha ratificado este jueves, con el apoyo del PP —279 votos a favor, 51 en contra y siete abstenciones—, una enmienda al respecto introducida por el PSOE, sobre otra de Más Madrid, a su paso por el Senado.

Con esta modificación, el texto recoge ahora en el artículo 24 que las administraciones deberán «garantizar el libre ejercicio del derecho a la interrupción del embarazo en los términos de esta ley y, especialmente, velarán por evitar que la solicitante sea destinataria de prácticas que pretendan alterar, ya sea para afianzar, revocar o para demorar, la formación de su voluntad sobre la interrupción o no de su embarazo» con «la excepción de la información clínica imprescindible y pertinente».

La sesión parlamentaria de este jueves ha arrancado alrededor de un único tema de conversación: el aborto como derecho. Después de que el presidente del Partido Popular descolocase la semana pasada al ala más conservadora de su partido al respaldar públicamente la ley del aborto vigente desde hace 13 años, Alberto Núñez Feijoo quiso aclarar ayer su postura —y, por tanto, la de la formación— sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Considera esta opción un derecho según la ley, pero no un derecho fundamental, explicó, porque —argumentó— no está recogido como tal en la Convención de Derechos Humanos. 

La ministra de Igualdad, Irene Montero, defendió sin embargo esta mañana en los pasillos del Congreso que el aborto sí es un derecho, aunque a Feijoo «no se lo parezca». Con la reforma se amplía la posibilidad de que la red pública sea la «referencia» para la interrupción voluntaria del embarazo, subrayó, se considera la salud menstrual como parte del derecho a la salud y se habla de educación sexual. Ya durante su intervención parlamentaria, celebró el apoyo de la mayoría feminista de la cámara a la reforma de la ley, pero alertó de que habrá resistencias a la hora de aplicarla, tal y como ha ocurrido en todas las normas feministas, dijo.

«Aborto seguro y en la pública para no morir, anticonceptivos para no abortar y educación sexual integral para decidir, ser libres y ser felices. Que viva la lucha de las mujeres y gracias a la mayoría feminista de la cámara que la hace posible», enfatizó la ministra. Ahora, advirtió, toca trabajar con las comunidades autónomas, los centros sanitarios y las administraciones competentes para garantizar que en todos los hospitales públicos haya personal suficiente para realizar abortos, respetando el derecho a la objeción de conciencia de los sanitarios. También, añadió, para que la educación sexual sea una realidad en todas las escuelas y para combatir la pobreza menstrual.

Así fue el camino de tramitación de la nueva ley del aborto

Tras un debate de cuatro horas, el proyecto de ley salió adelante en la Cámara alta con el voto a favor del PSOE, Unidas Podemos, Esquerra Republicana, Junts, PNV, Más Madrid, Més per Mallorca; el voto en contra del PP, VOX, Ciudadanos, UPN; la abstención de Geroa Bai, Compromís, Teruel Existe y PRC. En total contó con 146 votos a favor, 110 en contra y seis abstenciones.

Al texto, que llegó al Senado el pasado 20 de diciembre y que se tramita por la vía de urgencia, se presentaron tres propuestas de veto, de las cuales quedaron dos, una de VOX y otra del PP, que fueron sido rechazadas, y 186 enmiendas, de las cuales solo se aprobó una de Compromís que modifica el artículo 19.2, que dice que los centros sanitarios «proporcionarán el método quirúrgico o farmacológico, de acuerdo con los requisitos sanitarios de cada uno», añadiendo que se habrá de «informar a la mujer sobre los procesos y sus efectos secundarios».

Además, el mismo día de la votación se presentó y, posteriormente, aprobó, una enmienda transaccional firmada por todos los grupos con una modificación técnica del artículo 31, que se refiere al aborto forzoso y la esterilización y anticoncepción forzosas, «por calidad normativa en la redacción», según informaron a Europa Press fuentes parlamentarias.