Jean Paul Gaultier: «Bardem es el Marlon Brando español»

gloria salgado MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Rodrigo Jiménez | Efe

La muestra «Cine y moda», que se expone en Madrid, entrelaza ambas disciplinas desde la óptica personal del diseñador francés

18 feb 2022 . Actualizado a las 22:27 h.

El imaginario de Jean Paul Gaultier está irrigado por el cine. Un influjo, el del séptimo arte, que empujó al francés con tan solo 13 años a coger con pasión hilo y aguja para hilvanar un universo con símbolos tan reconocibles como las rayas marineras o la corsetería más transgresora. No tiene duda alguna de que sin el desfile de la película Falbalas nunca habría sido modista. Es la principal razón por la que el melodrama de 1945 de Jacques Becker tiene un lugar privilegiado en la exposición del diseñador francés sobre el cine y la moda en CaixaForum Madrid.

Cine y moda. Por Jean Paul Gaultier, organizada por la Fundación La Caixa y la Cinémathèque française de París, donde comenzó su gira europea, propone un viaje ecléctico que entrelaza cine y moda desde la óptica personal de Gaultier, tanto como diseñador de vestuario como por cinéfilo. Desde un enfoque sociológico y más allá de la mitomanía, la muestra ahonda en aspectos clave como la defensa del empoderamiento femenino y la diversidad, cuestionando los estereotipos de la sociedad con una buena dosis de sentido del humor. «¿Por qué las chaquetas de las mujeres no tienen bolsillo interior? Yo los puse para que puedan guardar la cartera y pagar una cena», apunta entre risas.

Una suerte de autorretrato del diseñador francés en el que tienen cabida 80 looks icónicos como los que llevaron Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (1961); Grace Kelly en La ventana indiscreta (1954); Sharon Stone en Instinto básico (1992); Marilyn Monroe en Eva al desnudo (1950); su adorada Marlene Dietrich en El cantar de los cantares (1933), Penélope Cruz en La niña de tus ojos (1998) y el corsé que llevó Madonna en su gira Blond Ambition World Tour de 1990, diseñado por el propio Gaultier. Se trata de una de sus piezas más populares, que partió de la idea del que usaba su abuela. Uno ortopédico que la ayudaba a mantenerse erguida y que se ceñía al máximo con un sorprendente truco: «Bebía vinagre para que la acidez le provocase una contracción que aprovechaba para apretar más la pieza con las lazadas traseras. Una tortura», revela el modista, que lo transformó en «un símbolo de fortaleza». «El primero que yo hice era muy largo, como un vestido de noche. Era casi imposible andar con él. Una periodista lo usó en una fiesta y no pudo beber en toda la noche para no tener que ir al baño y tener que quitárselo», recuerda con simpatía.

De Superman a Rocky

También tienen espacio el traje de Superman que vistió Christopher Reeve; el de La máscara del Zorro (1998), con Antonio Banderas; el short que llevó Sylvester Stallone en Rocky y el vestuario de Victoria Abril en Kika (1993) que, junto con el de otras películas como La mala educación (2004) y El quinto elemento (1997), fue diseñado por Gaultier pese a no ser muy fanático de la ciencia ficción, excepto de alguna como Alien. Sin embargo, se siente totalmente identificado con la obra de Almodóvar, al que une la pasión por destruir tabúes. «Con Pedro me sentía como en casa, tiene un universo estéticamente fuerte y sabe lo que quiere», declara sobre el manchego, a su juicio uno de los mejores directores de cine.

Para su llegada a CaixaForum Madrid, donde estará la muestra hasta el 5 de junio, Gaultier ha hecho guiños a otras figuras españolas de referencia para él como Rossy de Palma, Sara Montiel -a la que ha definido como una «gran, gran, grande»-, Carmen Sevilla, Javier Bardem -al que describe como «el Marlon Brando español»-, Sybilla, Balenciaga, Manuel Pertegaz y su idolatrado Paco Rabanne. En esta línea, también se exponen diseños de alta costura de Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Pierre Cardin, Hubert de Givenchy, entre otros, en un suntuoso desfile con el que cierra la muestra. «Yo creo que no hubiera hecho moda si no existiesen los desfiles». Eso sí, lo que echa en falta son los aplausos del final, que han quedado relegados por los flashes de los móviles. Una experiencia de la que ya no disfruta tras retirarse. «Ahora soy embajador de perfumes, consultor, elijo a todas las personas que hacen mis colecciones.... He cedido el testigo a otros creadores», como la japonesa Chitose Abe o el belga Glenn Martens, director creativo de Diesel, que le han dado tantas alegrías que ha sido como «tener un lifting» a los 69 años.