El diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, claves en el abordaje
10 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El 20 % de la población adulta sufre dolor crónico. En España, se estima que son ocho millones las personas que lo padecen. Pero en Galicia, «la incidencia es aún mayor porque nuestra población está muy envejecida. El porcentaje podría llegar a situarse en un 22 %». Son cifras que maneja Aurora de la Iglesia, presidenta de la Sociedade Galega da Dor e Coidados Paliativos (Sgador) y médico adjunto de anestesiología en la Unidad del Dolor del Chuac.
El dolor crónico resta calidad de vida a los que lo padecen. Incide de forma negativa en su salud física, pero también en la emocional. Y repercute, de forma significativa, en el ámbito laboral. Los factores que intervienen en esta patología centraron el encuentro digital organizado por La Voz de Galicia y la Fundación Grünenthal. En la sesión, Encarnación Amigo —portavoz de la Comisión de Sanidade y reumatóloga del HULA— señaló que «el dolor es el principal motivo de consulta en todo el mundo, bien sea de tipo musculoesquelético, visceral o neuropático». En todo caso, coincidió en que, «en Galicia se supera el porcentaje del 20% de la población afectada». Un impacto que, a pesar de la pandemia, sigue creciendo. «El año 2020 fue atípico porque la gente dejó de ir a los hospital, pero aún así en las unidades del dolor que tenemos en Galicia, se atendieron a 32.177 personas». Pacientes, señaló, «que ya han pasado por la atención primaria y que tienen en esas unidades su último recurso». Las cifras son similares en lo que va del 2021. Hasta el 31 de mayo, fueron atendidas 15.861 personas.
Mujer y más joven
En el abordaje del dolor crónico, la edad juega un papel protagonista, pero desde hace años en Galicia la media de personas que lo padecen ha descendido notablemente. En ese sentido, Ana Vázquez, presidenta de la Liga Reumatolóxica Galega y Española, aseguró que «antes teníamos a gente más mayor, pero ahora la mayoría de las consultas son de personas de 20 a 40 años. Mayoritariamente de sexo femenino». Una franja de edad especialmente sensible porque «es gente joven que muestra una gran preocupación por su proyección laboral. Con el dolor se malvive, no se puede pensar en cumplir una jornada laboral de siete u ocho horas». Por eso, Vázquez demandó «más sensibilidad y compromiso en los entornos laborales» porque «la concienciación social todavía es escasa y el dolor sigue siendo un acto de fe».
Realizar un diagnóstico precoz resulta determinante para aliviar el dolor y minimizar el impacto en la calidad de vida de los pacientes. Para la presidenta de Sgador, la identificación temprana «es importante para que el paciente se rehabilite y vuelva a hacer sus actividades. Cuanto antes se diagnostique y se trate evitaremos que el dolor se cronifique». En esa línea, Amigo puso como ejemplo el hombro doloroso: «Si lo diagnosticas de forma precoz, lo tratas y lo rehabilitas, tendrás una evolución buena. Si lo dejas, se convertirá en el hombro congelado».
Compromiso de reactivación de la comisión gallega en el último trimestre del año
El dolor es uno de los motivos más frecuentes de consulta en la sanidad. Además, su coste total es especialmente elevado. En concreto, en España se calcula que, cada año, se destinan más de 16.000 millones de euros a este fin. Pero, ¿por qué el dolor crónico no ha alcanzado el reconocimiento suficiente? «Mientras no nos toca no le hacemos mucho caso», apuntó de la Iglesia, a lo que Amigo añadió que «es como la depresión, no te das cuenta de lo importante que es hasta que te pasa de cerca». La portavoz de Sanidade se comprometió a reactivar la Comisión Gallega de Estrategia contra el Dolor, un órgano multidisciplinar que dio sus primeros pasos en 2012, pero que hace un par de años cesó su actividad. «En el tercer trimestre de este año hay prevista una reunión para seguir trabajando en ese sentido», avanzó. Pero, «como parlamentaria que soy» -añadió- «me comprometo a hacer algo en ese sentido y a reactivarla porque funcionó muy bien». Su anuncio fue celebrado por las otras dos participantes de la mesa. Así, la doctora de la Iglesia explicó que «creo que era una comisión que trabajaba con unos proyectos muy importantes y que daba visibilidad al tema del dolor. Además, prestaba especial atención a la formación, tanto para pacientes como para médicos». Por su parte, la presidenta de la Liga Reumatolóxica Galega, manifestó que «no sé por qué razón se dejó de convocar, pero yo, además de aportar, aprendí mucho. Entre otras cosas a que lo importante no es tener más unidades, sino dotar bien a las que ya existen. Yo era de las que presumía de esta comisión porque era pionera y un referente estatal».
«Esta es la primera causa de absentismo laboral»
«El ir de la mano en este asunto va a dar mucha fuerza y creo que, en el transcurso del debate, se han dicho muchas cosas interesantes, pero lo más importante es que las tres participantes se han centrado en lo más importante: poner al paciente en el centro de la mesa». Esa fue la principal conclusión del doctor Juan Pérez Cajaraville, patrono de la Fundación Grünenthal. El gallego aplaudió el análisis de las intervinientes y recordó que «nosotros estamos para servir al paciente, para darle nuestro cariño, medios y materiales». Pero, sobre todo, Pérez Cajaraville hizo hincapié en el tratamiento y en el diagnóstico precoz como «parte fundamental para cualquier paciente, pero en especial para los que sufren el dolor crónico» porque, en este caso, «se evitaría el daño colateral a quien ya padece en lo físico, en lo social, en lo familiar y en lo laboral».
El patrono de la Fundación Grünenthal no dejó pasar la oportunidad de reconocer el trabajo que se viene realizando en Galicia en los últimos años. «Esta comunidad tiene un modelo a imitar y queremos que el resto de regiones os sigan copiando», manifestó al aludir al compromiso de reactivación de la comisión de dolor crónico que adquirió, en una de sus intervenciones, Encarnación Amigo. Para Pérez Cajaraville «es la mayor alegría y el mejor regalo que le podéis hacer a todos los gallegos que tienen dolor crónico».
En relación al impacto económico que tiene esta patología, apuntó que «es la primera causa de absentismo laboral en nuestro país, representando un 3% del gasto del PIB. Esta es, sin duda, una de las enfermedades, junto con las oncológicas, que más recursos consumen».