Cirano Núñez, director de El Combo Dominicano: «Hemos diseñado para este verano tres formatos con precios diferentes»

El Combo Dominicano va a salir de gira este verano. Las treinta familias que dependen de la orquesta se niegan a que la parálisis se extienda una temporada más, como ocurrió el año pasado. «¿El fin? Eso nunca», dice Cirano Núñez (República Dominicana, 1971), el director de uno de los buques insignia de la verbena en Galicia. La formación se ha reinventado con tres nuevos formatos de distintos tamaños para adaptarse a todo tipo de shows con los que ya han conseguido fecha en una terraza de A Lanzada. Con más o menos gente, asegura Cirano desde la nave de Ribadumia en la que preparan su escenario, El Combo seguirá siendo igual de grande.

-¿Esperan que las verbenas piloto sirvan para arrancar?

-Lo vemos con cierta incertidumbre, pero en positivo. De hecho, estamos preparándonos para tener listo el escenario adaptándonos al protocolo vigente, pero confiamos en que se vayan flexibilizando las medidas conforme nos vayamos acercando a la inmunidad de rebaño. Esperamos que a finales de julio o principios de agosto se pueda arrancar con banda. Estamos ilusionados, y vamos a estar muy pendientes de las pruebas piloto de mañana, a las que va a ir parte del personal para ver el protocolo. Solo hay que delimitar las zonas y adaptarnos.

-¿Cómo subsisten?

-Lo que queremos es que se vea que en El Combo hemos tirado nosotros, sin recibir ninguna ayuda. Estamos haciendo una inversión grande, con personal de montaje trabajando en la parte técnica. Llevamos parados un año y tres meses a puro gasto y haciendo una apuesta y un esfuerzo muy grandes.

-¿Qué van a hacer para adaptar su enorme «show» a las restricciones covid?

-Hemos diseñado tres formatos con precios diferentes. Uno es con cantantes y sin orquesta, de ocho personas. Luego está el formato de cantantes con la banda, pero sin el gran despliegue de escenario. Está pensado para eventos tipo discoteca, parecidos a las actuaciones de invierno, y cuenta con 18 personas y dos técnicos. Por último, el completo con las 30 personas trabajando, entre escenario, montadores, chóferes, autobús... Pero me dolería mucho no poder trabajar con todos los músicos.

-¿Cómo encajaron que El Combo no actúe en ninguna de las verbenas mañana sábado?

-Pudimos haber participado. Nosotros pertenecemos a la Asociación Galega de Orquestras, y se planteó cuáles estarían disponibles. Pero El Combo no iba a estarlo para esta fecha, porque nos resultaba muy complicado.

-Pero les penaliza el hecho de movilizar a tanto público, hay quien cree que pueden suponer un riesgo añadido.

-Sí, pero yo a la gente le pediría un poco de sentidiño y que vayan poco a poco, porque la normalidad volverá, pero ahora toca adaptarse a lo que hay.

-¿Qué les supondría no salir de gira otro verano más?

-El fin, nunca. Pero sí que sería un golpe importante para el personal, la familia. La empresa es lo material, pero para mí no es lo principal. Pienso en el drama humano que está detrás del económico, en toda la gente que se ha quedado y se sigue quedando en el camino, y trabajaremos lo que podamos con la ilusión de salir del bache. Estamos en medio del desierto y lo que estamos viendo son espejismos. Vamos gateando, y necesitamos agua ya.

-¿Y su propio factor humano? ¿Cuánto lleva sin poder ver a su familia de sangre?

-Fui por última vez a República Dominicana en enero del 2020. Voy siempre dos veces al año, veintiún días en octubre y dos semanas en enero... pero ahora ya me esperarán de nuevo para octubre.

-Ya irá vacunado.

-Eso es. Viajé recientemente a Canarias para vacunarme de la segunda dosis de Pfizer. La vacunación avanza, y en eso confiamos también para poder actuar.

-¿Qué perciben de su público?

-La gente tiene muchas ganas de Combo, quiere empezar a olvidar esta pesadilla. Cuando esto pase, nosotros seguiremos ahí.

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