«Es inviable abrir con estas condiciones»

david garcía A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Álvaro y Rubén, del restaurante Peculiar, afirman que las medidas no son positivas ni aplicables con viabilidad en negocios como el suyo
Álvaro y Rubén, del restaurante Peculiar, afirman que las medidas no son positivas ni aplicables con viabilidad en negocios como el suyo MARCOS MÍGUEZ

El sector hostelero coruñés se opone al plan de reapertura y apoya un posible cierre patronal. HOTELES: Hasta el 40 % de la ocupación reservada para agosto. PELUQUERÍAS: «Tengo todo ocupado, pero aún no sé si pueden coincidir varios clientes»

30 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La hostelería coruñesa esperaba novedades sobre su regreso a la actividad, pero el planteamiento del Gobierno no convence de forma generalizada porque las condiciones no permitirán que sus negocios sean viables.

«Mi caso será como el de casi todos. Con las normas que interpreto, sería inviable abrir económicamente», explica Agustín Sousa, encargado del restaurante Sousantos de la plaza de Pontevedra. En su caso, además, la terraza consta de tres taburetes y no ve asumible preparar comida para llevar: «¿Quién me asegura que voy a tener una cantidad importante de encargos cada día? Nadie».

El sentir entre uno de los colectivos más castigados es de rechazo a las medidas de desescalada porque no se ven como una solución. «La situación es muy complicada sobre todo en nuestra ciudad, en la que los locales son pequeños y es muy complejo abrir con un 50 % de aforo (en el interior y desde la fase 3). Por mucho que nos reinventemos es muy complicado», apuntan los propietarios del restaurante Peculiar, que también piden claridad sobre el futuro de los ERTE y sus condiciones. «Si tengo abierto el local al 50 %, ¿me obligan a recuperar a la mitad de los trabajadores?», se preguntan sobre una cuestión que genera dudas en todo el gremio.

En su caso, comenzar con la reapertura de un tercio de la capacidad de las terrazas tampoco se ve como un paso adelante. «Tenemos ocho mesas, pero la separación es de menos de un metro. A un 30 % no tenemos ni para pagar el alquiler, no nos convence ni a nosotros ni a nadie porque no se pueden mantener», aseguran sobre un aspecto que sería extensible a habilitar el interior del local para un tercio o la mitad de su capacidad.

Igual que en los restaurantes, en algunas cafeterías en las que buena parte del negocio discurre en las terrazas tampoco convence el modelo. «Económicamente, no nos compensa abrir, si se hiciese sería un sacrificio por ir recuperando al personal y también por arrancar, pero también estamos dispuestos al sacrificio de seguir cerrados si es por el bien del sector», señalan desde el Quai Café, en la Marina.

Además, los negocios llevan casi dos meses con la perspectiva de tener que hacer inversiones para disponer de material higiénico y de protección una vez que se reabra. «Pedimos un préstamo ICO para afrontar cualquier tipo de gasto que pueda venir porque habrá que comprar material higiénico, más uniformes y otras cosas», dicen desde el Quai Café.

Con este panorama, los locales de hostelería hacen piña y secundan la posibilidad de realizar un cierre colectivo para hacer presión en busca de medidas mejores. «Sin duda lo apoyaríamos, preferiría no abrir porque no tiene sentido con estas condiciones», razonan los dueños de Peculiar.

El cierre patronal es una iniciativa defendida por la Asociación Provincial de Hostelería, que rechaza el plan del Gobierno. «La junta directiva pedirá el cierre patronal si no cambian las condiciones. Es un desconcierto, un caos, hay que abrir con situaciones viables», indica su presidente, Héctor Cañete, quien lamenta la falta de información. Una de sus propuestas son medidas diferenciadas por comunidades autónomas: «No es igual una terraza en A Coruña que en Cádiz, allí hay locales muy pequeños con terrazas gigantes».

Las restricciones de aforo son otro de los puntos de discordancia. «Nos preocupa la incertidumbre de abrir y si va a tener que ser con restricciones de aforo, en ese caso sería lógico que hubiese ayudas», indica Cañete, quien reclama que se transmita información clara y válida: «La gente necesita certezas para abrir sus negocios».