Paga ya el menú que disfrutarás después

Margarita Mosteiro Miguel
MArga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Sandra Alonso

Hosteleros de Santiago se suman a las iniciativas «Salvemos nuestros restaurantes» y «Yo regalo cuarencena» para aliviar la crisis, y otros trabajan el reparto a domicilio

24 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre a cal y canto de la hostelería de Santiago tiene al sector sumido en una profunda crisis y a sus empresarios agudizando el ingenio para tratar de mantener a flote sus negocios y sentar las bases para la recuperación futura. En los primeros días de la alarma sanitaria algunos establecimientos apostaron por el envío a domicilio, que muchos suspendieron poco después por el escaso interés de los ciudadanos, como en el caso de A Nave de Vidán.

Ahora, en la sexta semana de cierre de la actividad, tres negocios compostelanos se han apuntado a la iniciativa «Salvemos nuestros restaurantes», impulsada por El Tenedor. Se trata de La Cavita, Orixe y La Burgueira. Son locales con perfiles diferentes, pero a los que les une el mismo deseo de seguir presentes en las mentes de los vecinos de Santiago. Los tres facilitan la adquisición de bonos de compra por el importe que desee el cliente y con el compromiso de que los podrán gastar en el propio local desde el primer día de apertura tras la retirada del confinamiento y durante varios meses.

Martín Pais, de Orixe, señala que «a juzgar por la reacción, la gente está animada. No sé cuánto durará el interés, pero hay que moverse. Por ahora, en pocos días, hay 20 personas, y eso sin mucha publicidad. El efecto llamada puede darnos un balón de oxígeno, pero también hay que negociar con propietarios de locales, con bancos, con proveedores, y no quedarse parado», explica. Pais apostó por esta iniciativa «para intentar sufragar los gastos fijos, que en un local son muy altos». Asegura que no está dispuesto a dejarse vencer por el «pesimismo generalizado. Va a ser duro, pero soy optimista. No voy a despedir a ninguno de mis seis trabajadores. La gente tiene que tener dinero para recuperar la economía». Pese al derroche de positivismo, Martín fija en finales de julio la vuelta a la normalidad: «Pero no como antes del COVID-19. Creo que empezaremos por las terrazas, al aire libre. Y en los locales será con mucho control. Hay mucho que hacer, pero soy optimista».

Aunque «sin ánimo de ofender a nadie, ni con la pretensión de creerme mejor que nadie, la crisis sanitaria se llevará por delante a algunos establecimientos. Pero no podemos olvidar que la crisis del 2008 hizo que personas no profesionales abrieran bares, al no tener más opciones. Aunque no seas cocinero puedes abrir un bar, porque contratas un buen cocinero. Pero es importante la gestión y conocer el sector», defiende Pais, quien matiza que tampoco debe fiarse todo al «comodín» del próximo año santo.

Además de los tres locales inscritos en la propuesta de El Tenedor, otro medio centenar tienen abierta la puerta a solicitudes de participación, es decir, si reciben peticiones podrían involucrarse también en el proyecto.

La opción del regalo

Otra propuesta hostelera para seguir en activo durante el confinamiento cuenta en Santiago con la participación de La Tafona, bajo la denominación de #yoregalocuarencena. En ese caso, los interesados pueden escoger entre cuatro menús cerrados de 65, 98, 110 y 160 euros, que se pagan en el momento pero que sirven de regalo de cara al futuro, cuando Lucía Freitas recupere la actividad en su establecimiento. Por ahora, en la ciudad solo cuenta con una opción, aunque otros hosteleros meditan su incorporación.

La necesidad de conseguir ingresos para hacer frente a pagos fijos y mantener la atención de sus clientes ha llevado a otros restaurantes a apostar por el envío a domicilio. Es el caso del Pampín. «Lo llevamos nosotros y así evito que entre gente en el local y controlo cómo llega la comida. Empezamos la semana pasada, y muy bien». Alén Tarrío explica que ofrecen ese servicio de jueves a sábado, para comidas y cenas; y los domingos, solo para comidas. «Prefiero minimizar riesgos, porque tal y como está la situación no veo fácil abrir a medio plazo», comenta Tarrío. También trabaja en una opción parecida a la que ha impulsado La Tafona. «Alguien compra una cena para regalar a otra persona, y se la llevamos ya», detalla.