La nueva cosecha de vino llega con adelanto y pendiente de las heladas

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN

SOCIEDAD

MARTINA MISER

La vid ya brotó en buena parte de Galicia por las temperaturas suaves del invierno

21 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No está viviendo su mejor momento el sector vitivinícola gallego por las repercusiones que está teniendo en su economía el confinamiento decretado por el coronavirus. Pero no por ello puede cesar en su actividad o dejar de pensar en la próxima cosecha, que ya empieza a dar sus primeros pasos y precisa atención constante y cuidados. La vid ha brotado en prácticamente las cinco denominaciones de origen gallegas, aunque en algunas el estado fenológico de la planta está más avanzado que en otras. Y todos los técnicos consultados están de acuerdo en que este año llega con un pequeño adelanto, de entre una y dos semanas dependiendo de la zona. En las denominaciones interiores, como Ribeira Sacra, Monterrei, O Ribeiro y Valdeorras están preocupados por las heladas, pues algunas ya han ocasionado pequeños daños. En la de la costa, Rías Baixas, es el mildiu el que copa la atención de los viticultores, que han empezado ya a dar los primeros tratamientos de prevención.

«Vai un pouco adiantada porque houbo un inverno moi suave», explica Miguel Tubío, director técnico de Bodegas Martín Códax. En esta bodega de Rías Baixas consideran que la cosecha de este año será similar a la del 2017, por las condiciones meteorológicas que se están registrando. «As primeiras vides brotaron a inicios de marzo, despois veu un pouco de frío e retrasouna», añade Tubío. Como siempre sucede en estas fechas, la vid avanza a ritmos diferentes, dependiendo del momento en el que se haya realizado la poda. Así, mientras en algunas parcelas los brotes son pequeños, en otras tienen un tamaño considerable. «O tamaño dos brotes depende moito da época na que se podou, os que o fixeron máis cedo son os que teñen os brotes máis grandes», explica Alberto Barral, director técnico en Condes de Albarei.

En Rías Baixas es el mildiu el que tiene preocupados a los viticultores. De hecho, gracias a las condiciones meteorológicas de los días pasados, ya han aparecido las primeras manchas. «Nós localizamos unha mancha hai tres semanas nunha parcela do Salnés. Foi un tema moi puntual», explica Diego García, director técnico en Paco & Lola. «É certo que apareceron as primeiras manchas, pero todo o mundo está preparado para dar os tratamentos», reconoce Tubío. «Hai xente que xa dou os primeiros tratamentos preventivos e outra que está esperando», añade Barral. Los tres están de acuerdo en que llegó el momento de estar pendiente, de vigilar la viña y actuar ante los primeros síntomas, pues las condiciones meteorológicas siguen siendo favorables para el desarrollo de esta temida enfermedad.

En el resto de denominaciones de origen gallegas, preocupan más las heladas. Aunque las previsiones meteorológicas para los próximos días son buenas, el riesgo de que las bajas temperaturas afecten a la cosecha se prolonga hasta principios de mayo. Por ahora, las primeras heladas ya se han dejado sentir en zonas como O Ribeiro. «Hai certo adianto na brotación, o que fai que esas xeadas sexan máis perigosas porque se ten brotes, quéimaos», explica el presidente de la denominación de origen, Juan Manuel Casares. En el consello regulador calculan que esas primeras heladas han afectado a un 10 % de la superficie total de viñedo, sobre todo, al ubicado en la zona de la Ribeira do Avia. También en Valdeorras han tenido el mismo problema. «Houbo unhas pequenas xeadas que afectaron un pouco en determinados concellos, pero non foi moi grave», aseguran en el consello regulador. La brotación lleva «un par de semanas de adianto» con respecto a otros años, pero los brotes son todavía muy pequeños. Y en la Ribeira Sacra «afectou algo a xeada, pero tampouco nada que vaia quitar colleita», explica el presidente del consello, José Manuel Rodríguez. También aquí la brotación lleva algo de adelanto y se prevé que en breve empiecen los primeros tratamientos. Y en Monterrei, por ahora, no han tenido heladas. «Podemos dicir que o ciclo vai un pouco adiantado pero sen maiores incidencias», explican en el consello. Esto no significa, en ningún caso, «que vaiamos vendimar antes», recuerda. A la futura cosecha de vino gallego le queda todavía mucho camino por recorrer.

Sistemas que alertan y elevan la temperatura en los viñedos

Además de en Rías Baixas, Martín Códax cuenta con una gran plantación de uva amparada por la denominación de origen de Monterrei. Es una finca de sesenta hectáreas en la que las heladas suponen un problema. Es por ello que la bodega lleva años trabajando con distintos sistemas que ayudan a evitar las consecuencias de estas bajas temperaturas. Durante la campaña pasada probaron las candelas, una especie de velas gigantes que iluminan el paisaje y ayudan a elevar la temperatura en el viñedo. Ahora, han apostado por la instalación de unas torres que ayudan a mover y a elevar el aire frío para que no afecte al viñedo.

En el año 2017, una gran helada causó graves daños al viñedo de Monterrei. Recuerda el director técnico de Martín Códax que esta tuvo lugar el 24 de abril, cuando la vid estaba ya brotada. Y es que las heladas se han convertido en un problema en esta denominación de origen debido al cambio climático. Siempre hubo estos fenómenos atmosféricos, pero antes no se registraban cuando el viñedo estaba tan adelantado, de ahí que apenas supusieran un riesgo para la futura cosechas. Los inviernos y las primaveras más cálidas están produciendo un adelanto del ciclo fenológico de la vid y, por ello, las heladas constituyen un problema, porque afectan a la planta cuando está brotada.

En Martín Códax, han experimentado con varios sistemas para tratar de acabar con los daños en el viñedo. El año pasado encendieron candelas, bidones llenos de parafina en gel que arden durante ocho o nueve horas. El sistema es muy utilizado en Francia, en la Borgoña, y consigue incrementar la temperatura hasta en tres grados. Pero, en una plantación de sesenta hectáreas «é moi custoso e ten unha capacidade de resposta moi lenta, porque unha persoa pode acender unha hectárea», añade Tubío. Así que este año han instalado unas torres de viento. «Nas grandes bagoadas é máis automático e eficaz. Estas torres moven o vento cando hai moita calma e o aire frío se acumula nas zonas máis baixas, provocando as xeadas», explica. Son eficaces con temperaturas de hasta menos dos grados, porque impiden que el aire frío se instale en la parte más baja y dañe al viñedo. Además, se activan de forma automática cuando la temperatura baja.

Un plan específico para ayudar al sector cuando acabe la crisis

El sector del vino gallego es uno de los que peor lo está pasando desde que comenzó la crisis del coronavirus. El cierre de la hostelería, junto con el parón generalizado en todo el mundo, ha provocado un grave descenso de los pedidos, dejando a muchas bodegas con serios problemas a la hora de comercializar sus cosechas. «O día despois de que todo isto remate será o momento de facer unha diagnose e de tomar medidas», explica el presidente de la denominación de origen de O Ribeiro, Juan Manuel Casares. Y es que considera que las consecuencias de esta crisis pueden hacer mucho daño a un sector que es punta de lanza para mantener activo el medio rural.

«Hai un descenso no consumo do viño e as administracións van ter que facer unha promoción específica para o viño galego, porque vai ser o que máis sufra», explica Casares. En su opinión, serán precisas medidas para todos, para las bodegas pero también para los viticultores. Y considera que esta situación debe ser vista como una oportunidad. «Aínda que a situación non estea para gaitas, ás veces hai que enfocar estas cousas coma unha oportunidade. Igual é o momento do Ribeiro e de axudar a revitalizar esta enocomarca con medidas concretas que axuden a mobilizar as terras ou poñan en valor o enoturismo», argumenta al tiempo que recuerda que el sector del vino es fundamental para la economía de esta región. Argumenta que hace un par de meses, la denominación de origen presentó un plan estratégico «que pon riba da mesa a situación desta comarca que vive exclusivamente do viño». Y considera que si las administraciones se ponen las pilas, si hay una reacción adecuada el día después de la crisis, «se poden mitigar as súas consecuencias».