Benedicta: «Ahora todos mis sueños se han ido de vacaciones... eternas»

Mónica Pérez
Monica Perez REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La actriz, exhausta tras las celebraciones de los Goya, asegura: «Fue mucha lucha»

30 ene 2020 . Actualizado a las 18:55 h.

 Agotada, afónica, totalmente exhausta y a punto de irse a la cama. Así estaba poco antes de las ocho de la tarde de ayer Benedicta Sánchez, ya en su casa de la aldea de Manán, en O Corgo (Lugo). «Estoy tratando de comer algo -dice- porque llevo toda la noche sin dormir, luego el viaje... Son muchas horas sin dormir, y también sin comer y mis 84 años no los llevo muy bien. Tengo los pies hinchados, que no se me hinchan nunca, pero me hice daño en una pierna por poner zapatos de tacón. Fue mucha lucha».

-¿Agotada, pero feliz?

-A estas alturas, las alegrías y las tristezas ya no hacen mucha mella. Eso es más bien para los jóvenes, que cuando uno es joven sueña mucho. Ahora ya todos mis sueños se fueron de vacaciones... eternas.

Ya en su casa, Benedicta, que por la mañana aún tenía «los nervios a flor de piel», está más tranquila y hablando con ella poco hace sospechar que en la noche del sábado le robó el protagonismo hasta al mismo Pedro Almodóvar, cuando se subió al escenario para recoger el premio a la mejor actriz revelación por O que arde, de Oliver Laxe. Tras recogerlo y preguntar sobre el escenario si se podía marchar, con una espontaneidad desbordante, aseguraba a Efe que no se esperaba el premio y describía la sensación como «si un misil me mandara a la Luna». Lo hizo enfundada en un conjunto del diseñador ourensano Adolfo Domínguez, combinado con un abrigo de su archivo histórico con treinta años de antigüedad. Antes de comenzar la gala, la gallega bromeaba con los periodistas sobre su edad: «Tengo 84 años, aunque digo que 48», decía tirando de la retranca gallega. Y a los que le decían lo guapa que iba, les recordó que en su juventud fue fotógrafa y les advirtió: «¿Será que están viendo bien ustedes?».

Lo que sí se sabe es donde pondrá el Goya que le ha dado su primera incursión en el mundo del cine, al que llegó por casualidad, cuando su hija la llevó a un cásting en Navia de Suarna en el que Oliver Laxe buscaba a una mujer mayor de sesenta años para dar vida a la madre de un pirómano que regresa a su casa tras salir de la cárcel. Benedicta le entregará el cabezón a su hija, para que «cuide al bebé».

Encuentro con Almodóvar

La gallega tuvo que esperar un buen rato (casi cuatro horas) para hacerse la foto de familia con el resto de premiados y protagonizar la otra imagen de la jornada: su encuentro con Pedro Almodóvar. Cuando el director manchego llegaba tras recoger sus premios saludó cariñosamente a Benedicta, a la que cogió y besó en las manos.