Una niña italiana de diez meses, a punto de morir porque sus padres, testigos de Jehová, se negaron a que le hicieran una transfusión

la voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Una llamada al tribunal de menores, que la autorizó, evitó el fatal desenlace

25 sep 2019 . Actualizado a las 23:32 h.

«Doctor, aquí estamos en una situación de absoluta urgencia. No estamos hablando de una opción médica pospuesta o cuestionable. Aquí, si no nos movemos, la niña morirá». Esta es la frase que define la dramática situación que se vivió en pocos minutos esta semana en un hospital de Legnano, en Italia. Una niña de menos de diez meses entra en quirófano a las tres de la madrugada y sufre una hemorragia cerebral severa. Necesita una transfusión urgente. Pero sus padres, testigos de Jehová, se niegan. Los médicos intentan convencerlos, pero no hay manera. Los carabinieri intervienen y solo se presenta una opción: llamar al fiscal del Tribunal de Menores. La potestad de los padres es retirada a tiempo y los médicos logran salvar a la niña

Esta dramática situación empieza de una forma totalmente inesperada, con una caída que hace que la niña se golpee en la cabeza. Como sucedería en cualquier familia, los padres no le dan importancia a la caída, y prosiguen su vida normal porque la niña no presenta ningún síntoma de alerta. Pero por la tarde la niña empieza a sudar, a toser y a vomitar. Entonces sus progenitores la llevaron a urgencias en el hospital de Gallarate, el más cercano a donde viven. Los médicos la derivan al hospital de Legnano, donde las pruebas certifican que el cuadro clínico ha precipitado en unas pocas horas: la niña tiene un derrame en la cabeza y tiene que ser operada con urgencia. La sala de operaciones se prepara, llegan los especialistas y comienzan la operación, que es muy delicada. El momento trágico llega cuando se dan cuenta de que necesitan una transfusión. Salen de la sala y preguntan a los padres pero se encuentran con la sorpresa de la negativa, por causas religiosas

 Entonces los profesionales intentan explicar los detalles a los padres, para que sean conscientes de que no hay alternativas y que la niña morirá si no le hacen esa transfusión. Pero las explicaciones no son suficientes y la situación se vuelve muy tensa. Ante eso, los médicos se ponen en contacto con los carabinieri, que deciden llamar al magistrado en Milán. Poco después, los médicos pueden regresar a la sala de operaciones para proceder con la transfusión.