¿Se nos han ido de las manos los cumpleaños infantiles?

Marta Otero Torres
marta otero REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Las AMPA y psicólogos consideran que las fiestas son hoy una competición entre padres y crearán adultos frustrados

13 sep 2019 . Actualizado a las 12:32 h.

Fiestas por todo lo alto que cuestan un pastón (algunas incluso temáticas) con toda la clase invitada, decenas de regalos y tartas personalizadas que los niños ni llegan a probar. En esto se han convertido en los últimos años los cumpleaños infantiles, que en generaciones pasadas se celebraban en casa o repartiendo caramelos en clase, si tocaba.

Profesores y psicólogos son testigos de una costumbre que se ha arraigado peligrosamente y alertan de que forma parte de una tendencia educativa nada beneficiosa para los niños.Ana Parro De La Fuente, pedagoga del centro Parro de la Fuente, asegura que «se nos está yendo un poco de la de las manos, no es bueno educar a los niños y niñas en estos excesos. La verdad que el listón de los cumpleaños está cada vez más alto y se está convirtiendo en una presión social entre padres y madres. Una celebración tan a lo grande puede distorsionar la realidad del niño y tener una percepción irreal de lo que es la vida ¿qué va a pasar entonces cuándo cumpla 18 años? ¿Qué nos demandará o qué tipo de fiesta le vamos a ofrecer? Lo mismo ocurre con los regalos, se necesita dosificación. No tiene que ver que en determinado cumpleaños hagamos una fiesta especial por algo en concreto. Debemos reflexionar sobre qué valores queremos transmitir a nuestros hijos y encontrar un equilibrio».

La experta recuerda que las celebraciones de los cumpleaños son buenas, es importante realizarlas y festejar el nacimiento del niño, «compartir con él esa alegría es positivo y aprovechar el momento para hacerle ver sus progresos en ese año». Pero recuerda que «estas celebraciones deberían ser una oportunidad para fomentar los valores de la amistad y la responsabilidad. El cumpleaños debería ser algo íntimo, especial (no superfluo) y familiar para compartir con amigos y con la familia. Se debe hacer al niño/a participe de los preparativos con sus padres, implicando al niño en la preparación de su fiesta, eligiendo la decoración, elaborando la merienda y la tarta… porque él es el protagonista pero también el anfitrión y cómo tal se debe comportar. Es importante fomentar la responsabilidad, no todo vale. Ellos pueden elegir pero los límites los ponen los padres acordes con las necesidades y recursos de la familia».

Fernando Lacaci, presidente de la Federación de ANPA, asegura que «o problema está na educación que lles damos aos nosos fillos coa organización dunha gran boda para un neno que fai dous anos. Na nosa época como moito facíanche un chocolate na casa e invitabas a catro amigos e xa estaba. O fundamental era o concepto de festa, e os agasallos, como moito, eran un conto ou un xoguete correntiño».

Para Lacaci, lo que estamos haciendo en la actualidad es «demostrar sistematicamente o noso cariño a base de gasto, educando os nosos fillos nunhas expectativas que nin sequera sabemos se serán extrapolables a eles mesmos dentro duns anos, porque as condicións económicas da vida son moi cambiantes». El representante de los colectivos de padres cree que este tipo de costumbres no son buenas para el niño porque, se pregunta, «que expectativas lles estamos dando nun mundo onde todo parece indicar que no seu día gañarán 900 euros? Convencelos de que é normal facer unha gran festa por calquera circustancia é conducilos á infelicidade máis absoluta. Que vai pasar cando iso sexa imposible? Os que temos xa máis anos sabemos que para arriba é moi fácil ir, pero para abaixo é imposible».

La psicóloga infantil Silvia Álava también considera que «estamos perdiendo un poco el sentido común con esto de los cumpleaños infantiles, porque al final se trata de celebrar con tus amigos que es tu cumpleaños, pero no hace falta hacer celebraciones tan extensas o tan importantes ni gastarse tanto dinero». Lo primero que hay que pensar, asegura, es qué le gusta a tu hijo. «Porque hay niños que son muy extrovertidos y quieren muchos amigos y otros que son más introvertidos y estarían mucho más cómodos con un número menor de invitados».

 Sobredosis de regalos

Otra de las claves de la polémica sobre los cumpleaños son los regalos. Álava recomienda trabajar con los niños el valor de las cosas y «optar por juntarse entre todos para hacer un regalo conjunto, porque, al final, los niños cuando tienen tal cantidad de regalos no los valoran».

La experta cree que se han convertido en una competición entre padres «para ver quién hace el cumpleaños más grande, más original o llamativo». «Como todos los niños celebran un megasupercumpleaños, yo también -explica la experta-. Pero hay que pensar si tu hijo realmente lo quiere y, sobre todo, si es adecuado celebrarlo en este momento. Hay que ver si es lo que él quiere o lo que se ha puesto de moda, porque hay niños que piden algo más simple».

Sobre las dudas de si hay que invitar a toda la clase o solo a los amigos, la psicóloga cree que «es que el niño el que tiene que pensar a quién quiere invitar. Hay niños que querrán invitar solo a sus amigos y es mejor así, aunque los padres tengan sus compromisos».

La otra cara de la moneda es la exclusión de los niños a los que nadie invita, con el consiguiente sufrimiento del pequeño y sus padres. «Si nunca lo invitan hay que averiguar la causa. A lo mejor tiene menos habilidades sociales, o son niños más chinchones, que pegan... Hay que trabajar con él para que aprenda que, en función de cómo tú te comportes con los demás ellos querrán o no estar contigo».

En cualquier caso, lo que no se recomiendan son los ataques entre padres. «Tenemos que pensar que somos el modelo de habilidades sociales e inteligencia emocional de nuestros hijos. Si nuestra forma de resolver el conflicto es agresiva nuestro hijo va a aprender que los conflictos se resuelven así. Y luego nadie lo invitará».

«É unha tolemia que con só 4 ou 5 anos reciba vinte agasallos»

Todos recordamos algún caso de un niño que, ante un gran regalo, al final acaba jugando con la caja. «É unha tolemia -afirma Fernando Lacaci- que con só 4 ou 5 anos reciba vinte agasallos. O neno o que necesita é a atención e o cariño, que se revelan en cousas moi pequenas. O mellor é xuntar os seus amigos un día e permanecer con el para que poida xogar en liberdade. E nada máis».

Otro problema añadido a la moda de los grandes cumpleaños son los regalos. «Estamos considerando como un custonatural que, se o teu fillo ten vinte compañeiros de clase, vas ter que facer vinte agasallos, e se o multiplicas é unha cantidade salvaxe, á que tes que sumar o que gastas, cando che toque, na festa nun sitio especializado».

Además, la moda de invitar a toda la clase puede provocar que haya algún niño que no pueda asumir el coste del regalo. «Se queres invitar a todos os nenos dunha clase tes que limitar a cuestión económica ao mínimo, porque do contrario o risco que corres é de exlcuir a alguén».

Ante esta nueva y costosa forma de celebrar, Lacaci cree que debemos reflexionar y recordar que «un cumpreanos non é a celebración da fin dunha guerra mundial, é unha festiña de medio pelo que temos unha vez ao ano, e debe ser tratado como tal. Se tes unha vida longa terás setenta ou oitenta festas, non é coma unha voda nin unha graduación».

El presidente de las ANPA cree que «estamos facendo unha estupidez realmente. Antes nin a primeira comuñón era unha gran festa, tan só era unha festa algo diferente. Desde logo non se pedían préstamos para pagala». Todo esto, asegura, corresponde a la cultura de «cambiar o cariño polo gasto». «Os agasallos, o reparto de invitacións... todo é un despropósito», concluye.