Muere Peter Lindbergh, el fotógrafo de las «top model» de los 90

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Peter Lindbergh, a su llegada a la fiesta de boda de Marta Ortega en el Club Náutico de A Coruña
Peter Lindbergh, a su llegada a la fiesta de boda de Marta Ortega en el Club Náutico de A Coruña Angel Manso

Uno de sus últimos trabajos fueron las famosas imágenes en blanco y negro de la boda de Marta Ortega

04 sep 2019 . Actualizado a las 15:46 h.

El célebre fotógrafo alemán Peter Lindbergh, conocido por sus imágenes en el mundo de la moda en blanco y negro, falleció a los 74 años de edad, según anunció este miércoles su cuenta de Instagram. La información fue corroborada por el estudio del artista en París, pero no dio más precisiones sobre las circunstancias o el lugar del deceso.

«Considerado pionero en su arte, supo redefinir la fotografía de moda contemporánea y sus estándares de belleza sublimando a las mujeres de todas las edades», indicó el estudio en un comunicado.

Lindbergh fue uno de los más influyentes fotógrafos de los últimos años y trabajó para revistas como Vogue, Vanity Fair, Elle o Marie Claire. El objetivo de su cámara captó a celebridades como Catherine Deneuve, Naomi Campbell, Cindy Crawford o Linda Evangelista. También dejó su huella en otros campos, como la fotografía de cine o sus incursiones en el afamado calendario Pirelli.

Uno de sus últimos trabajos fueron las famosas imágenes en blanco y negro de la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta en A Coruña. El fotógrafo estuvo presente en las distintas celebraciones de este enlace y retrató no solo a los novios, sino también a muchos de los invitados durante la fiesta que se celebró en Casas Novas.

Otro de los trabajos recientes de Peter Lindbergh fue también la portada del Vogue británico de este mes de septiembre, que está titulado Fuerzas del cambio y tiene como editora invitada a Meghan Markle.

Nacido el 23 de noviembre de 1944 en Lissa, cuando esa localidad posteriormente anexionada por Alemania todavía era Polonia, este hijo de un vendedor de caramelos pasó su infancia de Duisburgo y estudió bellas artes en Berlín en los años 60.

En 1978, tras un viaje en autostop a Arles, siguiendo los pasos de su admirado Vincent van Gogh, en 1978 se instaló en París, ciudad que compartía estos últimos años junto a Nueva York y Arles.

Su influencia en la fotografía de la moda fue notable, al dotar a los clichés de un contenido realista que resultó novedoso para el sector.

Lindbergh era muy severo con el mundo de la moda, que comparaba «con una vaca que come algo, lo regurgita, lo vuelve a masticar y vuelta a empezar».

Pese a ello, era frecuentemente contratado para trabajos de ese mundo, aunque él trataba de imponer sus condiciones, como los de crear una intimidad con las modelos para poder dotar de alma a las fotografías

Muy crítico con los estereotipos femeninos

A lo largo de los años se fue destacando como un defensor de la mujer, a la que quería proteger de la amenaza de caer en estereotipos. «La imagen que se envía de las mujeres es escandalosa. Con photoshop se crean robots, como si fuera una ventaja medir 1,80 metros y pesar 45 kilos. Esa norma nos lleva al fin de la civilización», señaló.

Con esos postulados, contribuyó a la emergencia de una nueva generación de modelos a finales de los 80.

La revolución de la moda 

Peter Lindbergh, el fotógrafo que revolucionó el mundo de la moda, conseguía trasladar el alma de quien retrataba a través de su objetivo. Lindbergh fue pionero en la fotografía de moda, en la que no solo quería mostrar vestidos bonitos, su empeño se concentraba en retratar a las modelos con personalidad propia, tal como recoge Efe.

«Las modelos era tan perfectas en color, que parecían anuncios de maquillaje, pero en blanco y negro era más fácil ver quiénes eran», explicaba el fotógrafo en el libro que reunía su trayectoria Peter Lindbergh, a Different Vision on Fashion Photography (Taschen).

Una imagen de varias modelos entre las que se encontraban Christy Turlington, Linda Evangelista, Rachel Williams y Tatjana Patitz posando divertidas en la playa con una sencilla camisa blanca cambió su vida, no por casualidad.

Una imagen en blanco y negro que resquebrajaba los tradicionales arquetipos de la fotografía de moda y demostraba que las modelos podían lucir hasta la prenda más sencilla con espontaneidad y sin parecer una figura de cera. Una imagen que nunca se llegó a publicar por romper con los cánones habituales y que, sin embargo, años después Sotheby's sacó a subasta por 75.000 euros.

Cindy Crawford, Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Kate Moss crecieron profesionalmente bajo su objetivo. Después llegarían actrices que cayeron rendidas a la belleza de sus imágenes como Cate Blanchett, Angelina Jolie, Penélope Cruz o Uma Thurman han sido algunas de ellas.

En el mes de julio, Rosalía protagonizó la portada de Vogue España retratada a través de su objetivo, libre de aderezos que el fotógrafo consideraba prescincibles como su característico «nail art» (decoración de uñas), una sesión ante la que la cantante confesó su nerviosismo por el respeto que sentía hacia Lindbergh. «Veo su trabajo muy ligado a nuestro país y a nuestras raíces, y siempre me pareció impensable que pudiera llegar a conocerle. Trabajar con él es un sueño a otra escala, un regalo que no voy a olvidar en mi vida», dijo la cantante.

Lindbergh realizó en tres ocasiones el célebre calendario Pirelli, la última en 2017, protagonizado por actrices como Nicole Kidman, Helen Mirren o Léa Seydoux, sin rastro de maquillaje, mostrando la belleza de mujeres de edades muy distintas retratadas con un halo de verdad abrumador. «En una época en que a las mujeres se las representa en los medios como embajadoras de la belleza y la perfección, era importante recordar que existe una belleza diferente, más real y auténtica, no manipulada por la publicidad ni por nada», argumentó el fotógrafo durante la presentación del calendario.

Imágenes que se trasladaron a un libro, en el que la actriz británica Kate Winslet sorprendida, comentaba: «Cuando veo la diferencia de edad de las mujeres que formamos parte de este libro, me parece fantástico. Ninguna de nosotras ha sido retocada. Todas tenemos los años que tenemos y esa es la intención».

El fotógrafo se declaraba enemigo incondicional del photoshop, el programa de retoque fotográfico para mejorar una imagen, e incidida que lo «bello es una idea ligada a cada individuo» y determinante, añadía en el libro Shadows on the Wall: «Eres bello o bella cuando tienes el coraje de ser tú mismo».

Quienes con él trabajaron reseñan su calidez, su cercanía y así lo expresó la oscarizada Julianne Moore tras una sesión fotográfica de la que fue protagonista. «Llegué despeinada, sin maquillaje, con los ojos hinchados y él me dijo: Estás perfecta. Hace que te sientas genial».