El ojo izquierdo

Eduardo Galán

SOCIEDAD

«La corresponsal» cuenta la historia la periodista Marie Calvin, que narró conflictos en varias partes del mundo y perdió un ojo en una explosión en Sri Lanka

02 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La corresponsal cuenta la historia real de Marie Calvin, conocida y recia periodista del Sunday Times especializada en conflictos de guerra. Irak, Afganistán y, finalmente, Siria son los escenarios de su peripecia profesional, una especie de viaje de los horrores, circuito de la locura y la crueldad recorrido a lo largo de los años sobre el que la aguerrida reportera bromea con su fiel compañero, el fotógrafo Paul Conroy: «No suelo reservar mis viajes por Internet».

«Tan lejos de Somalia y Sarajevo, si me como un par de huevos no me pueden sentar mal», cantaba Víctor Manuel décadas atrás. La estrofa nos ha venido a la memoria durante uno de los parlamentos del filme en el que Marie insiste en la necesidad de mirar, de fijar la vista ante el horror conradiano, para evitar la anestesia. Por eso, quizá, toma tanta importancia que la protagonista pierda parte de un globo ocular en Sri Lanka, cuando una explosión ciega la mirada obstinada de su ojo izquierdo. Desde ese momento, la periodista parece no reconocerse, intentando encontrarse una y otra vez en espejos y superficies que le devuelven una imagen distorsionada.

Marie, conciencia de un mundo sin consciencia, es un personaje vigorosamente compuesto por la intérprete, tan poco estrella, Rosamund Pike, que, parche en el ojo, encendiendo un cigarrillo tras otro, bebiendo botellas de vodka como si no hubiera un mañana, intenta desesperadamente revolvernos conciencia y estómago, probablemente mal secundada por una realización algo rutinaria. Y, a veces incluso, quizá esa inexperta dirección no frena a la artista en el camino de la sobreactuación, lo que es una lástima, pues la honradez y honestidad del relato -apadrinado por la actriz Charlize Theron, que firma como productora- merecía una mano más atinada para reconducir los complejos meandros de la narración.

Y es que, dejando aparte la veracidad del retrato cuya fidelidad desconocemos, el filme podría haber profundizado más en el extraño veneno que mueve a los adictos corresponsales de guerra, impulsándolos, más allá de la razón, a luchar una guerra privada consigo mismos ?tal y como nos sugiere el título original?, inmolados en los borradores de la historia.

«A PRIVATE WAR»

Estados Unidos-Reino Unido, 2018.

Director: Matthew Heineman.

Intérpretes: Rosamund Pike, Jamie Dorman, Tom Hollander, Stanley Tucci, Fayd Elsayed, Corey Johnson, Nikki Amuka-Bird, Raad Rawi, Faye Marsay.

Drama.

110 minutos.