La cobra del papa Francisco

La Voz

SOCIEDAD

¿Por qué el pontífice hace esos gestos tan bruscos a los feligreses que se acercan a besarle el anillo?

28 mar 2019 . Actualizado a las 18:02 h.

Empezó discretamente, intentando que el rechazo no fuese demasiado evidente. Pero al quinto, al sexto, al séptimo devoto que buscó el anillo con los labios, el papa se hartó. Sucedió este lunes, durante la visita del sumo pontífice al Santuario de Loreto, a 200 kilómetros del norte de Roma: Francisco apartando bruscamente la mano de la boca de todos aquellos que, tras soportar la interminable cola, intentaban rendirle pleitesía con un beso. Las imágenes ya han dado la vuelta al mundo.

Besar el anillo del pescador es un antiguo gesto de respeto al papa que, sin embargo, según esta escena, a Jorge Bergoglio parece no agradarle: en el vídeo puede apreciarse con claridad cómo evita, reiteradamente e incluso de manera grosera, que los fieles que se acercan a saludarle se agachen y se acerquen a su dedo anular.

No es la primera vez que Francisco se comporta de esta manera. Ha sido Edward Pentin, corresponsal en Roma de la emisora católica EWTN, el responsable de difundir masivamente las imágenes y de hacer, además, esta apreciación. «Les quita la mano. Esto es algo que ha hecho con bastante regularidad durante su pontificado, aunque no tan insistentemente como hoy». ¿Qué le pasa al pontífice?

«Lo preceptivo en un contexto católico, como este, es besar el anillo del papa, símbolo de autoridad  -comenta la experta en protocolo Olga Casal-. Es un gesto de humildad del fiel a alguien que representa a la Iglesia en la tierra». Distingue así la consultora y también docente dos contextos distintos: el institucional, en el que Francisco ejerce de jefe de Estado como cabeza del Vaticano y en el que no procedería este tipo de pleitesía, y el eclesiástico. «Es normal que los fieles quieran agacharse para besarle el anillo».

Considera la experta, por tanto, un poco «anómalo» el comportamiento del santo padre que, sin embargo, atribuye a dos posibles razones, ninguna de ellas relacionada con la arrogancia ni con la mala educación. Habla, en primer lugar, de los tiempos. «Están muy controlados en estas recepciones. Cuando el saludo es multitudinario suele prolongarse mucho, porque el católico quiere besar el anillo». Se trataría así de una manera de aligerar la audiencia. Por otro lado, Casal apunta a la propia manera de ser de Francisco: «Yo lo interpreto como un gesto de humildad. A este papa los ceremoniales no le van mucho. Así como el anterior recuperó muchos ritos que ya se habían eliminado, Francisco, como Juan Pablo II, rechaza todos estos gestos, pero por humildad. Como si no quisiese que los fieles se postrasen ante él». 

Con sus lecturas coincide la amplia mayoría de los usuarios de las redes sociales. Sin embargo, hay quién ve en este repudio del pontífice un ademán de mal gusto, incluso violento, y muchos los que se preguntan por qué nadie de su equipo de protocolo avisó a los feligreses para evitar el bochornoso momento. Por supuesto, hay también quién ha aprovechado el episodio para hacer todo tipo de bromas al respecto. 

Todos los papas, tras tomar posesión de su cargo, utilizan el anillo de pescador, una joya muy particular, elaborada con los restos del anillo utilizado por el anterior pontífice como símbolo de continuidad. En 1265 se tienen por primera vez noticias de él, en una carta escrita por el Papa Clemente V a su sobrino. En la Edad Media se usaba para sellar documentos papales y besarlo acabó convirtiéndose en un símbolo de respeto al santo padre.