José Luis Utrera: «Los divorcios de plomo son un problema social que no se valora»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / AGENCIA

SOCIEDAD

Diario Sur

En 22 años como juez de familia en Málaga por sus manos han pasado más de 20.000 rupturas de pareja

19 feb 2019 . Actualizado a las 10:00 h.

Autor de la Guía para un buen divorcio, José Luis Utrera puede hablar con conocimiento de causa de las rupturas familiares. Por su juzgado de Málaga han pasado más de veinte mil en los 22 años que lleva al frente.

-¿Qué es un divorcio de plomo?

-Aquellos en los que los adultos, por sus sentimientos y planteamientos no favorables a los intereses de sus hijos, se enzarzan en una disputa que termina afectando de manera muy negativa a los menores.

-¿Son la mayoría?

-No, afortunadamente la mayoría se resuelven bien y los adultos gestionan de forma correcta su conflicto familiar, pero hay una tercera parte de las rupturas familiares con un coste importante para los hijos y también para los propios adultos. Son divorcios muy emocionales, en los que a los adultos se les nubla la visión de lo que es lo mejor para sus hijos y para ellos.

-¿Ha cambiado en veinte años la forma de enfrentarse a un divorcio?

-Ha habido cambios importantes. Desde el punto de vista legislativo fue muy positivo que se suprimieran las llamadas causas del divorcio que había hasta el 2005, y que generaban un agravamiento del propio conflicto. También se ha notado un cambio importante en que cada vez es más frecuente que los dos progenitores se impliquen en la crianza de los hijos tras la ruptura y pidan la custodia compartida. Esto hace que los hijos no pierdan el contacto con ninguno de los progenitores, pero también genera lo que los jueces de familia llamamos la litigiosidad post ruptura, ya que si no se han resuelto adecuadamente los conflictos deben volver al juzgado muchas veces.

-¿No es buena la custodia compartida en separaciones con conflicto?

-No diré que no sea buena, pero evidentemente la custodia compartida es difícil que se desarrolle en beneficio de los menores cuando hay un alto nivel de conflicto entre las partes, parece que la custodia compartida debería ser el final de un buen divorcio.

-¿Qué consejo da a las parejas?

-Que piensen en sus hijos, que un proceso judicial enconado, largo y traumático, es el peor regalo que le pueden hacer a sus hijos, y en ese sentido que traten de anteponer los intereses de sus vástagos a los personales.

-Estos consejos parten de la premisa de que los dos miembros de la pareja son personas razonables, no siempre lo serán...

-En esos casos, evidentemente, el juez tiene que tomar lo que se llama una decisión impositiva ante la falta de acuerdo. Es lo que se ha llamado toda la vida el juicio salomónico, en el que hay que imponer las medidas que el juez considera más beneficiosas. Pero siempre es bueno intentar el acuerdo para evitar esa sentencia impositiva, que es muy difícil que resuelva el conflicto.

-¿Qué errores cometen las parejas?

-Fundamentalmente, sobrevalorar las cuestiones económicas. Desgraciadamente el 80 % de las parejas que llegan a los juzgados y en las que no hay acuerdo en la ruptura discrepan en cuestiones de tipo económico. Y hay un segundo error que puede ser evitable, no elegir un buen abogado, un buen abogado de familia debe ser un profesional dialogante y que intente poner un poco de paz en el conflicto, y no litigioso y adversarial.

-¿No se está dando la importancia suficiente a las familias judicializadas?

-Efectivamente, los divorcios de plomo, traumáticos, son un problema social que no está suficientemente valorado o estudiado por la sociedad.