La BBC elige As Catedrais para su obra maestra sobre los océanos

Mila Méndez Otero
MILA MÉNDEZ REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Senén Rouco / Daniel Portela / Mila Méndez

La playa gallega comparte protagonismo con la Antártida o Galápagos en la aclamada «Blue Planet II»

14 mar 2019 . Actualizado a las 18:42 h.

Reservar un momento del día para disfrutar de Blue Planet II es la mejor oportunidad para desconectar de «nuestro mundo» y navegar por el que ocupa el 70 % de la superficie terrestre. La serie presentada por Sir David Attenborough ha sido calificada como «el mejor documental marino de la historia». Toda una experiencia audiovisual que marcó un hito con su primera entrega hace 16 años y que ha vuelto a revelar al «Gran Azul» como nunca antes se había visto. Los drones, las nuevas cámaras de luz ultrabaja o las UHD mega-dome (graban simultáneamente en la superficie y bajo el agua), los recientes descubrimientos científicos, el sello de la BBC y la música de Hans Zimmer componen un cóctel que es puro espectáculo. Un total de 125 expediciones en 39 países han hecho posibles 6.000 horas de viaje submarino. Una ruta en la que los protagonistas son los habitantes de las llanuras abisales de los mares y que esta vez ha tenido parada en Galicia. «Las catedrales abovedadas de piedra» que describe Attenborough son una de las localizaciones del capítulo titulado Costas. La playa de Ribadeo comparte protagonismo con la Antártida, el Ártico, Galápagos o Nazaré, en Portugal.

La singularidad de los arcos de roca que recuerdan a los arbotantes de las construcciones góticas han llamado la atención de la BBC. «El poder de las olas va moldeando gradualmente nuestras costas. En algunas zonas de Europa desgastan hasta unos tres metros de litoral cada año», dice la voz en off del naturalista inglés. El del arenal lucense «es un ejemplo espectacular de erosión», valora el profesor de la facultad de Ciencias del Mar de la UVigo, Miguel Ángel Nombela, que también dice que en los acantilados de As Catedrais, nombre popular de la playa de Augas Santas, actuaron varios factores: «La fuerza del oleaje, el material de las rocas, en este caso cuarcitas y pizarras, y su estructura».

Un conocedor de la zona es el doctor en Geología Fran Canosa: «É un conxunto de arcos naturais excepcional. Co tempo algúns pode que rompan polo envite das mareas, pero estas tamén esculpirán outros novos que darán continuidade ao proceso». Narran en Planeta Azul II que: «Donde la parte inferior de la roca es más blanda, se forman impresionantes arcos». Canosa especifica: «Nas Catedrais influíu a disposición das rochas e as fracturas que as cortan. Son coma unha ferida, e o mar desgasta máis intensamente neses lugares». Según un estudio publicado por el Instituto Universitario de Geología Isidro Parga Pondal de la UDC, las actuales formas del arenal tienen una antigüedad de 135.000 años. La investigación añade que la estabilidad del Monumento Natural parece estar garantizada de aquí a 100 o 200 años. Alerta sobre el deterioro de la superficie, a donde acceden los visitantes, y es más positivo en cuanto a la erosión del oleaje, que no será un problema hasta que «en el futuro, el nivel del mar ascienda».

Nombela incide en los efectos de la actividad humana: «El cambio climático acidifica los océanos y lleva al avance del mar. Los embalses cortan el suministro de sedimentos y obras como los muelles alteran las corrientes. Las costas, que son los puntos de transición con el continente, son las que más sufren». Sobre el fenómeno turístico en la playa de A Mariña, Canosa subraya la necesidad de gestionar las visitas, ya que «estamos vendo os primeiros sinais da erosión antrópica na parte superior dos cantís».

Lo más visto en Reino Unido

La serie, que en España emite Movistar+, fue la emisión más vista del 2017 con 14,1 millones de espectadores en la semana del estreno en el Reino Unido. El primer capítulo logró un 41,4 % de cuota de pantalla.

Los británicos prefirieron deleitarse con las peripecias de los habitantes de los mares que observar las riñas de los realities. «Conocemos más la superficie lunar que las profundidades de los océanos», destaca Miguel Ángel Nombela. La elección resulta comprensible.