Cuando la Navidad depende de una cola

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Emilio J. Cerviño

Quinientas familias tendrán cena de Nochebuena gracias a AFAN, asociación de ayuda a necesitados

21 dic 2017 . Actualizado a las 07:45 h.

Su cena de Nochebuena consistiría en poco más que un plato de embutido, si no fuera por las bolsas repletas de alimentos que entre ayer y hoy repartirá la Asociación Freixeiro de Axuda ao Necesitado (AFAN) de Vigo.

Que la mejora de la economía no llega a un sector de la población lo demuestran las colas a lo largo de la calle ante la sede de la entidad. «Tenemos el mismo número de personas que otros años. Algunos encuentran trabajo y se borran de la lista, pero otros no tienen o se les acaba el empleo que consiguieron y vuelven», explica la presidenta de la entidad, Hortensia González, Tensi para todos los que habitualmente recurren a ella.

Los hatillos incluyen lo necesario para pasar unas fiestas dignas: dos cajas de langostinos, conservas, arroz, un par de pollos, aceite, turrón, bollería y una serie de alimentación complementaria.

La iniciativa de AFAN no sería posible sin la financiación de la Obra Social 'La Caixa', que colabora con 20.000 euros. «Además de esta cifra, nos ha concedido un préstamo por otro tanto, y gracias a eso logramos seguir adelante, mientras cobramos las ayudas de las administraciones. Estábamos al límite. Es la única entidad que nos lo hace, porque esta asociación no tiene patrimonio alguno», indica Tensi.

La explicación de esta colaboración la ofrece durante la entrega de comida Cristina Vega González, directora de área de negocio de CaixaBank: «Creemos tanto en lo que hacen, que todos los años nos acordamos de ellos». De esto da buena fe Alejandra Pardo, responsable de la oficina de Valladares que canaliza la ayuda y que no para de recibir parabienes.

Los beneficiarios son, en general, personas que cobran la renta de integración social (Risga) o pensiones que no les dan para vivir. Es el caso de Josefa Villar, quien, número en mano, hace cola desde las ocho de la mañana para ser una de las primeras en entrar: «En casa no trabaja nadie y yo cobro una pensión no contributiva de 300 euros. La cosa está mal».

Tensi sabe muy bien la vida y milagros de cada uno. «Nadie conoce a la gente como la conozco yo. Sé de qué pie cojean porque los veo cada quince días. La mayoría son de Vigo, pero también vienen de otros municipios porque no les atienden o les dicen que con 400 euros pueden vivir. Algunos, incluso con cuatro hijos, llegan cansados de andar de un lado para otro», comenta la directora.

Un ejemplo de hasta dónde llega la mano de AFAN son Ascensión Álvarez y Ángela Brito, procedentes de los municipios de Arbo y A Cañiza, respectivamente, en la comarca de A Paradanta.

La familia de la primera vive del campo y con un sueldo, «pero no nos da». La segunda tiene un marido de 50 años, prejubilado desde los 35.