La UE declara a Galicia libre de la brucelosis que afecta al ganado vacuno

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PALACIOS

La erradicación comenzó de forma oficial en 1990 con el sacrificio de miles de vacas

21 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Fueron años muy duros, terribles. Desde luego no fue un plato de gusto para los ganaderos». Gonzalo Fernández Rodríguez, profesor de Patología Animal en la Facultad de Veterinaria de Lugo y experto en enfermedades infecciosas, se refiere a 1990, cuando las campañas de seguimiento ganadero se convirtieron en obligatorias, y a los años que lo siguieron. La tuberculosis era la infección más temida. Pero la brucelosis bovina no lo era menos. A principios de esa década la enfermedad afectaba al 16 % de los rebaños de ganado vacuno. Era una condena, porque un solo positivo obligaba a sacrificar a todo el rebaño. Ahora, casi treinta años después, la Comisión Europea ha declarado a Galicia, de forma oficial, como región libre de brucelosis bovina.

La decisión fue adoptada el martes y fue comunicada ayer por la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, que asistió a la reunión de Bruselas en la que se adoptó el acuerdo. «É un fito de gran importancia para o sector gandeiro galego», destacó Vázquez, tanto desde el punto de vista sanitario como económico. La consecuencia más inmediata es que se permitirá el libre movimiento de animales a otras regiones sin necesidad de someterse a pruebas, lo que facilitará el comercio. A más largo plazo, Medio Rural confía en que la comunidad pase de importadora a convertirse en exportadora de reses «de alta calidade sanitaria».

Bruselas acordó la medida después de seis años sin que se hubiese confirmado ningún caso de brucelosis en Galicia. En realidad, ya en el 2009 no se había detectado ninguna infección, aunque luego hubo casos puntuales en zonas de montaña. «En general, llevamos ya muchos años sin brucelosis en vacuno, pero se tardó en erradicarla porque había brotes en zonas de la montaña de Lugo, Ourense o Pontevedra», explica Gonzalo Fernández, que durante unos años también participó en las campañas de saneamiento como funcionario de la Xunta, antes de incorporarse a la Facultad de Veterinaria. Tras las primeras medidas y sacrificios masivos, la enfermedad empezó a bajar de forma radical, pero después los progresos se ralentizaron. En 1989 afectaba al 16 % de los rebaños, porcentaje que en el 2002 se redujo al 0,55 %. Pero aún quedaba trabajo por hacer. Una labor que no solo ha supuesto un beneficio sanitario para las reses, sino también para los humanos, ya que se trata de una infección que puede contagiarse de animales a personas. «En los años más duros -advierte Fernández- había en España 8.000 personas infectadas de brucelosis, pero si no se hubiera actuado hoy serían más de 80.000, como todos los habitantes de Lugo».

«Pegou moi forte»

Xusto Sánchez, uno de los propietarios de la finca A Devesa, la mayor explotación de Galicia en Langueirón (Ponteceso), también recuerda los años duros de la brucelosis en el ganado. «No seu momento -dice- pegou moi forte e houbo que sacrificar a miles de animais». Por ello entiende que su erradicación debe considerarse un éxito de todos. «Aquí en Galicia -dice-, as cousas fixéronse ben, e esta é unha das cousas das que nos podemos sentir orgullosos».

La lucha contra la brucelosis, al igual que lo está siendo contra la tuberculosis bovina, fue larga y dura, pero este esfuerzo fue también el que permitió modernizar el sector y dar paso a la profesionalización de la industria láctea gallega. Así lo cree Sánchez, quien explica que «as explotacións tiveron que renovarse despois dos sacrificios e cas indemnizacións compraron gando europeo de alto valor xenético, de Holanda, Alemaña ou Francia. Foi o embrión do sector leiteiro». «Agora -destaca- o seguinte paso será quedar totalmente libres de tuberculose, e estamos cada vez máis cerca».