Un Espantallo 2.0 y muchísimo más

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

José Manuel Casal

Galiciencia presentará en la Tecnópole de Ourense 75 proyectos escolares de investigación muy diversos. El saber científico ilusiona y Natalia es un ejemplo

08 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La ciencia ha ido haciendo avanzar la vida e incluso las pequeñas cosas del día a día. En cada rincón hay un espacio para que este saber se cuele en la búsqueda de soluciones. Y la clave, como siempre, está en saber verlo. Natalia Fariña Mata tiene 15 años y es de Canduas, en el concello coruñés de Cabana de Bergantiños. Suya será la responsabilidad de defender el Espantallo 2.0, que llevará en breve a Galiciencia, la más relevante feria científica y educativa de Galicia. Será en la Tecnópole de Ourense, entre los días 16 y 18 de este mes, y la cita reunirá nada menos que 75 proyectos escolares de investigación en muy distintas áreas -50 en la sección competitiva-, seleccionados entre el más de un centenar que presentaron 35 colegios e institutos de Galicia, Cataluña, Euskadi y, este año, también Asturias. Por tanto, la ilusión de Natalia es una de esas 75 (científicas) ilusiones. 

«Como aquí pasa isto cos paxaros... Vense moitos espantallos tradicionais, pero non efectivos ao 100 %. Hai bolsas, cedés...», contaba ayer esta alumna del CPI As Revoltas de Cabana. En cuarto de ESO, para el año cursará bachillerato -de ciencias, claro-, y más allá, el futuro está por ver. Por lo de pronto, su espantapájaros -que empezó haciendo con una compañera-, además de ser electrónico, pueda que sea algo más estético y, también, mucho más eficiente para las necesidades del medio rural. «O que fixen foi un espantallo cunha estrutura piramidal, deseñada cun programa que se chama SketchUp. Imprimina en 3D e recubrín a estrutura con papel reflectante», dice Natalia. Todavía hay más: para cuando no haga sol, le incorporó unas luces led ultravioleta, de modo que el papel pueda reflejar igual. Controlado por un sistema arduino [plataforma de software y hardware libre], en su interior lleva, además, una placa electrónica en la que están conectadas no solo luces, sino una placa de sonido y un sensor con el que el espantapájaros se acciona cuando detecta algún tipo de movimiento. Es un resumen muy breve y rápido, pero el caso es que el pájaro, en principio, resulta inevitablemente sorprendido ya sea por la luz o por el sonido. Por si fuese poco, una última placa ayuda al agricultor a medir la humedad la tierra.

Natalia acudirá a Galiciencia de la mano de las Aulas Científico Tecnolóxicas Isidro Parga Pondal de Ponteceso, una iniciativa pionera de la Fundación Eduardo Pondal labrada desde una pequeña aldea de la Costa da Morte, O Couto, que ha sabido luchar por lo diferente, por las oportunidades fuera de los grandes núcleos urbanos. Este es el segundo curso centrado en acercar la ciencia y el conocimiento de un modo distinto. «Alí, nestas aulas, ensínanche experimentos simples, pero curiosos. Ensínanche, por exemplo, a usar o sistema arduino, ou como se fan os debuxos animados», incide la joven. Es distinto. Con Espantallo 2.0 ya pasó en marzo por la feria científica Exporecerca (Barcelona), donde compartió espacio con otros experimentos de las Aulas Isidro Parga Pondal, como un diseño de siembra autóctono mediante quadcóptero, lo que permitiría resolver las problemáticas derivadas de esta actividad en terrenos de difícil acceso. 

Las cifras y el nivel de los proyectos de Galiciencia no dejan de crecer y, así, entre esos 50 trabajos de secundaria y bachillerato, y entre los 25 de primaria, hay temas diversos. En una iniciativa respaldada por la Consellería de Economía, Emprego e Industria y la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, los alumnos propondrán, por ejemplo, soluciones para la plaga de avispa asiática o cuestiones más vinculadas a la sociedad, como un pastillero inteligente para personas polimedicadas. David Ballesteros, coordinador de las aulas de Ponteceso, ya lo dijo en su día: «A ciencia debería ser sempre divertida». «Con tal de que ela o desfrute e estea contenta, a min váleme», dice Sara, madre de Natalia.