Gallegos con carné para drones

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

SANDRA ALONSO

La regulación aprobada en verano prohíbe que estos aparatos vuelen en lugares donde haya aglomeración de gente y exige una acreditación para poder pilotarlos

18 oct 2014 . Actualizado a las 12:29 h.

Esta semana la provocadora entrada de un dron portando una bandera albanesa en un partido entre Serbia y Albania obligó a suspender el encuentro. En Galicia hacer eso en un derbi entre el Celta y el Deportivo está prohibido. La razón es el real decreto aprobado en julio que regula el uso de esos aparatos electrónicos en España e impide su utilización en lugares donde haya aglomeración de gente al aire libre o sobre ciudades.

No ocurre lo mismo en espacios cerrados. Ahí podrían volar en el caso de que el responsable de la instalación en cuestión diera luz verde para hacerlo. Pero la norma no se queda ahí. También obliga a todo aquel que quiera pilotar dichos aparatos para uso civil a tener un carné. Y lo que han de hacer y los documentos que deben adjuntar dependen del peso del aparato. Cada dron es diferente. No hay estándares. La semana pasada finalizó en Santiago el primer curso para la obtención de dicha acreditación. Lo organizó CartoGalicia, una empresa con sede en Compostela que comenzó ya a importar drones a España en el 2006, y en él participaron ochenta alumnos, todos dispuestos a lograr la acreditación. Hoy el Aeroclub de Lugo organiza otro. «Hay afición en Galicia, bastante, aunque no podríamos decir una cantidad», dicen desde el aeroclub lucense.

La pregunta es para qué quiere un gallego un dron, un aparato que se hizo popular por su uso bélico, pero que tiene múltiples aplicaciones. La utilización es variada y el potencial enorme. Claro que no es lo mismo un aparato de los que se pueden hallar en algunas superficies comerciales por unos 500 euros (en Internet incluso los hay por 100 o menos) como otros más sofisticados que pueden alcanzar los 50.000.

Múltiples aplicaciones

Es lo que explica el gerente de CartoGalicia, Marcos López Sánchez: «Las aplicaciones son diversas. A los agentes de Protección Civil, por ejemplo, pueden ayudarles a la hora de buscar personas perdidas; para la prevención de incendios, para revisar líneas eléctricas: para agricultura de precisión, para el sector audiovisual...». La compañía que dirige está ahora inmersa en la elaboración de un proyecto para construir en colaboración con el Centro Para el Desarrollo Tecnológico (CDT) el primer dron gallego. El presupuesto, como apunta, es de 1,6 millones de euros.

Lo que de momento no podrían hacer tampoco los drones en Galicia es desarrollar aquel proyecto lanzado por Amazon hace unos meses de utilizarlos para suplir a la mensajería tradicional en sus repartos. No sería factible ni técnica ni legalmente. Primero, porque habría decenas de aparatos electrónicos volando por el aire, y segundo ,por las restricciones que impone el real decreto aprobado en España que no da luz verde a esos aparatos para entrar en el espacio aéreo de las ciudades.

Pero no falta quien les busque otros usos. Uno de los que se han lanzado a emprender en este sector es Alejandro, un joven de Vigo que está tratando de poner en marcha una empresa de realización de foto y vídeo aéreo con drones.

«La verdad es que aquí la norma es bastante restrictiva y eso impide que nuestro sector pueda salir a flote porque depende del lugar puedes grabar o no», dice. Con todo ahí está. Intentándolo.