Los piratas acechan al turista

SOCIEDAD

La Asociación de Guías Turísticos de Galicia denuncia el auge del intrusismo en la profesión. Proliferan los particulares que comercializan servicios por precios muy bajos sin estar autorizados

17 ago 2014 . Actualizado a las 16:45 h.

La industria musical, el cine o incluso la literatura. La piratería ha hecho de la crisis su peculiar vitamina y después de un largo período de vacas flacas no son pocos los que han visto en el mercado negro una vía para superar los aprietos económicos. Pero no solo las industrias culturales deben hacer frente a esta peligrosa ponzoña que tanto les oprime: el sector turístico también ha visto cómo el intrusismo se ha convertido en una de sus principales amenazas.

El top manta de los viajes se ceba con mayor crudeza con los guías turísticos acreditados, que observan con cierta desesperación cómo los piratas que no pagan impuestos aprovechan esa ventaja competitiva para reventar los precios del mercado con una sorprendente impunidad. «Esta práctica supón para os guías profesionais unha menor carga de traballo e un certo desprestixio. Esta xente cobra frecuentemente en negro e non teñen coñecementos suficientes», asegura Diego Lamas, vicepresidente de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Galicia (APIT), que desde hace unos años viene demandando a los gobernantes una actuación «urgente» que permita atajar esta práctica ilegal.

Si bien es cierto que esto del intrusismo no es nuevo, los representantes del sector coinciden en que se ha producido un aumento en los últimos años, agravando un problema que no solo afecta a los guías. «Transportistas, axencias de viaxes ou mesmo as hospedarías están padecendo tamén este mal, basicamente por causa dunha inspección turística non operativa», denuncia Lamas.

Amas de casa, licenciados en Historia sin los conocimientos adecuados para ejercer de guías o incluso estudiantes se convierten durante unas horas en acompañantes de los turistas más inocentes que ven reducida la factura de su visita a los puntos emblemáticos de las ciudades españolas. Sin embargo, la alegría para la cartera es, en muchas ocasiones, proporcional a la decepción con la calidad de los servicios contratados. «O tema da calidade non afecta só aos coñecementos, senón tamén á profesionalidade. Os verdadeiros profesionais asegúranse de antemán que os lugares son visitables, dos horarios, das limitacións ou normas particulares dos monumentos e, sobre todo, se aseguran da satisfacción dos turistas», explica el vicepresidente de la APIT, quien añade: «Pero ademais hai outro tema realmente importante, que é a indefensión do consumidor á hora de protestar ou reclamar. Obviamente, quen non actúa legalmente non pode afrontar adecuadamente unha reclamación por incumprimentos do contrato».

Precios irrisorios

Y dentro de este grupo de piratas veraniegos se pueden distinguir dos clases. «Por un lado están aqueles que se ofrecen por prezos irrisorios xa no destino para gañar un diñeiro extra en negro e os escorts, que veñen nos autocares turísticos e que con moita frecuencia recorren lugares moi comúns e ofrecen datos sacados da enciclopedia e pouco profesionais», relata Lamas. Y es que, en la mayoría de las ocasiones, el servicio que ofrecen los guías no profesionales puede ser perfectamente reemplazado por un no tan arduo trabajo de investigación previa por parte de los propios clientes, que a través de las nuevas herramientas tecnológicas pueden alcanzar prácticamente los mismos niveles de conocimiento sobre su destino que los piratas.

Los profesionales, desesperados, observan cada día cómo las calles de las principales ciudades turísticas de España se llenan de personas no habilitadas que, de forma ilegal, entorpecen su trabajo diario. «Hai que ter en conta que moitos guías non gañan case nin para estar dados de alta na Seguridade Social todo o ano por causa da estacionalidade do traballo e acusan gravemente o intrusismo na tempada alta», sentencia Lamas. Al contactar con un ilegal, los clientes pueden ahorrar el equivalente al IVA, IRPF y cotizaciones sociales defraudadas, por lo que el precio -al fin y al cabo el principal elemento de toma de decisiones para el consumidor- acaba bajando de una manera que puede resultar realmente interesante: «Pagados os impostos, nós quedamos aproximadamente con pouco máis da metade do que facturamos. Neste punto é no que máis nos doe o funcionamento da inspección turística: eficaz para controlar hostaleiros, transportistas ou axencias de viaxe que están legalmente establecidas pero inhibida á hora de afrontar a oferta ilegal e o intrusismo», censura Lamas.

Sin embargo, no toda la piratería está carente de un ápice de profesionalidad. No en vano, explican desde APIT, hay profesionales formados que trabajan de forma ilegal porque todavía no han tenido la oportunidad de acreditarse. «Hai máis de tres anos que a Xunta non convoca exames de habilitación. E é interese da Asociación Profesional de Guías de Galicia que todo aquel que queira adicarse a esta profesión teña a oportunidade de regularizar a súa actividade habilitándose mediante as probas pertinentes e pagando impostos polos seus servizos como todos os demais guías», explica el vicepresidente de la asociación sectorial.

Y es que, por mucho que el bolsillo se resienta durante los meses de verano por los gastos extraordinarios que conllevan las vacaciones, optar por un servicio profesional suele ser una apuesta sobre seguro para no ver empañado un viaje por una mala experiencia. Como bien dice el dicho popular, nadie da duros a cuatro pesetas.