Las comunidades deberán el colegio privado a los padres que lo pidan si la enseñanza pública no tiene un equilibrio de lenguas
04 dic 2012 . Actualizado a las 03:57 h.La tormenta estalló un día antes de lo previsto. La Conferencia Sectorial de Educación tiene que debatir hoy el borrador de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) que aprobó el Consejo de Ministros hace unas semanas. Pero el texto ha evolucionado en ese lapsus de tiempo. Tanto que ha provocado las iras de la Generalitat de Cataluña, que montó ayer en cólera cuando se enteró de que las administraciones -es decir, las comunidades autónomas- tendrán que pagar la escolarización en los centros privados de aquellos alumnos que no encuentren una oferta en la lengua vehicular. «Hay que garantizar en todas las etapas educativas obligatorias que las lenguas cooficiales sean ofrecidas en las distintas asignaturas en proporciones equilibradas en el número de horas lectivas», reza el nuevo borrador. Es decir, que si los padres quieren escolarizar a los niños en castellano, la Generalitat tendrá que pagar. Y para el 'Govern' supone cruzar todas las líneas rojas.
La consejera catalana de Enseñanza en funciones, Irene Rigau, criticó de arriba abajo el borrador que había llegado a sus manos, «que no tiene nada que ver» con lo que su departamento conocía. Rigau aseguró que Wert tumba la inmersión lingüística, el modelo que rige las escuelas públicas y concertadas de Cataluña. La 'consellera', en una comparecencia de urgencia pues relega la lengua catalana a materia «de especialidad», en vez de su carácter troncal. El nuevo texto, que Rigau aseguró haber recibido ayer mismo, establece tres categorías de materias en Primaria y Secundaria.
Alternativa a Religión
En primer lugar, se encuentran las troncales: castellano, la primera lengua extranjera y las Ciencias; después estarían las asignaturas específicas, formadas por la segunda lengua extranjera, EducaciónFísica,Religión y Educación Artística; y en último lugar se encontraría las especialidades.En este último apartado se colocarían las lenguas cooficiales. Se admite, subraya el documento, «un trato diferenciado a la lengua cooficial respecto del castellano en una proporción razonable, sin que en ningún caso pueda suponer de hecho la exclusión del castellano».
Y este apartado es el que enervó más a la 'consellera', a quien no le gustó nada que un alumno no tenga que examinarse de catalán ni en EducaciónSecundaria Obligatoria ni en Bachillerato. «Es una involución en el marco competencial», destacó la 'consellera', quien aseveró que el nuevo borrador vulnera el Estatuto de Autonomía, que establece que el 'Govern' y elEjecutivo central tienen la competencia compartida para elaborar cada materia en los currículos escolares.
El nuevo texto, que poco se parece al anterior, también recoge que los alumnos deberán elegir entre Religión confesional y Valores Culturales y Sociales en Primaria y Valores Éticos en Secundaria. En este auténtico lavado de cara, el ministro Wert ha escuchado a los sectores más críticos de su partido, que pedían controles más rigurosos por parte de las autonomías.En este sentido, el titular de Educación abre la mano y les da más poder de decisión en las reválidas. Unas peticiones que le han hecho llegar los consejeros populares durante este mes de consulta.
De esta manera, el borrador concede más peso a las evaluaciones y cede a los centros docentes la potestad de que al finalizar el segundo o tercer curso de Educación Primaria realicen una «evaluación individualizada».Empero, el Ministerio de Educación no especifica si el suspenso de este examen supondrá la repetición de curso o no. «De resultar desfavorable esta evaluación, el equipo docente -el centro- deberá adoptar las medidas ordinarias o extraordinarias más adecuadas». El resto de las reválidas -término que no le gusta en absoluto al ministro- también sufren pequeñas modificaciones. La prueba del sexto de Primaria, que era una evaluación sin valor, también pasa a manos de las comunidades autónomas. En cambio, el Ministerio mantiene en su poder los controles de 4º de la ESO y de 2º de Bachillerato. Por otra parte, los alumnos del nuevo ciclo de FP básica se van a poder presentar a las reválidas de la ESO; y de aprobarla, lograrían el título de Secundaria.
En cuanto al funcionamiento de los centros, el Ministerio sigue en su plan de darle más poder a los centros y de premiar a aquellos que obtengan mejores resultados académicos. Además el concierto para los colegios que lo soliciten pasa de cuatro años a seis.