La Unesco cifra en 3,6 millones los jóvenes que estudian fuera de su país
26 nov 2012 . Actualizado a las 15:51 h.Desde el año 2000 el intercambio de estudiantes universitarios se ha disparado. En esta primera década del siglo ha crecido un 80 %, pasando de los 2 millones del principio a los 3,6 de la actualidad. El dato lo ofrece la Unesco, que ha creado un mapa interactivo del movimiento de estudiantes universitarios.
Como ocurre con otros aspectos de la sociedad, China y Estados Unidos son los dos ejes gravitatorios: China es el país que más estudiantes envía fuera, unos 562.000, que estudian en Estados Unidos, Australia, Japón, Gran Bretaña, Corea del Sur y hasta Francia, Canadá o Alemania, donde hay casi 21.000 universitarios chinos; en el otro extremo está Estados Unidos, destino favorito del 19 % de los alumnos que salen de su país, y que tiene casi 600.000 extranjeros, en su mayoría chinos, claro, pero también indios y coreanos, además de europeos y del resto de América. En medio están los países emisores -Corea del Sur, por ejemplo- y los fundamentalmente receptores -como Sudáfrica-. España mantiene un perfil bajo en este cambalache académico, aunque poco a poco se va instalando en la cultura del intercambio. Actualmente es un lugar más de destino que de origen [ver gráfico]. Pero sí sigue la tendencia, que es sin ninguna duda este cambio de aires, obligatorio para quienes quieren destacar y presentar un currículo competitivo, y que fomentan las propias universidades. En Galicia, los tres centros tienen vicerrectorías de asuntos internacionales con un trabajo cada vez mayor.
A la hora de plantearse salir al extranjero, los alumnos deben contactar con estos servicios porque les ofrecen enormes ventajas. Natalia Álvarez, la vicerrectora de Relacións Internacionais de la Universidade da Coruña, explica que la clave está en encontrar una universidad que tenga un convenio con la propia: «Hai distintas posibilidades para estudar fóra -comenta- pero o importante é ter un convenio que exima do pago das taxas [es decir, se pagan las de Galicia y las universidades se arreglan] e permita homologar os estudos».
Siempre se puede ir a estudiar a un centro privado en Estados Unidos, pero hay que tener en cuenta que en ese caso el curso puede salir por unos 40.000 euros, estancia, viajes y manutención aparte.
Las opciones
Frente a esta limitación económica, los alumnos tienen varias opciones, aunque dos son las principales: Erasmus para el intercambio europeo y el ISEP para el caso norteamericano.
Erasmus es un programa perfectamente integrado en la sociedad, aunque tiene aspectos menos conocidos, como su versión de las prácticas o el Erasmus Mundus, que es para salir del espacio europeo. Las becas erasmus son muy básicas -unos 120 euros al mes- pero la ventaja es que pagando la tasa española se obtiene plaza en universidades tal vez mucho más caras y de difícil acceso. A partir de este año, para entrar en centros de Gran Bretaña, Francia o Alemania hay que demostrar conocimientos del idioma. Por eso es más fácil optar a traslados a Portugal e Italia, donde no hay esas exigencias: «Se un alumno quere estudar con Erasmus case seguro que vai a encontrar opcións, pero seica se quere un país determinado, como Alemania ou Reino Unido o ten máis difícil», dice Álvarez, y apunta que en Derecho de A Coruña, por ejemplo, hay convenio con decenas de universidades italianas, aunque muchos menos con las de países del norte. Por otra parte, aunque uno no opte a beca erasmus puede ser un free mover, es decir, aprovecharse de la estructura Erasmus, pero pagando toda la estancia de su bolsillo.
Estados Unidos
Fuera de Europa lo que más se sigue es el programa ISEP: un intercambio pensando para Estados Unidos. Participan en este proyecto un centenar de universidades norteamericanas, desde Alaska a Virginia, pasando por California o Nueva York.
Además de estos acuerdos institucionales puede haber casos particulares. «Nós -explica Natalia Álvarez- animamos aos alumnos a que se teñen interés nunha universidade determinada o digan para poder buscar convenios», aunque eso no ocurre habitualmente en el caso de las privadas. Sí se puede intentar la homologación de créditos.
En cuanto a la crisis, curiosamente tiene un doble efecto. Por una parte, aquellos alumnos que se planteaban salir de su espacio para vivir una experiencia diferente, dejan de hacerlo si la situación económica familiar no acompaña. Por otra, ha aumentado el número de estudiantes de carreras técnicas -como ingenierías o arquitectura- que viajan a Alemania y los países nórdicos como alternativa real a la hora de encontrar un empleo que en España se presenta como algo mucho más difícil.
Más información www.uis.unesco.org/EDUCATION/Pages/international-student-flow-viz.aspx