Las colonias de ánades aún son muy asustadizas y es preciso moverse con cautela para verlas
28 oct 2012 . Actualizado a las 13:03 h.Hay que ir con cuidado, porque las colonias de ánades aún son muy asustadizas y es preciso moverse con cautela para verlas. Los chalecos reflectantes, con los que es preceptivo moverse en el interior de la explotación minera de Erimsa en Begonte, tampoco facilitan el camuflaje. Así que lo mejor que vemos durante la visita al sistema lagunar en el que se ha convertido parte de la explotación es la huída de un par de bandadas. Estamos en la laguna de Riocaldo, aunque José Manuel López, director de la mina, matiza que Riocaldo queda en otra parroquia. Pero ya es demasiado tarde. Todo el mundo la llama así. Tal vez porque antes, hace 30 años, aquello era una zona de monte y labradío como las que circundan la zona (hoy con más monte que labradío). Fue cuando Erimsa empezó a extraer cuarzo y otros áridos, creando diversos huecos. Unos los rellenó con tierra y otros con agua, creando una red de lagunas única en Galicia que, a su vez, ha generado un verdadero y rico ecosistema en el que las aves acuáticas reinan.
Todo muy bonito. Pero la empresa se encuentra ahora con consecuencias indeseables. Haber transformado el hábitat le ha supuesto una protección especial por parte de Red Natura, afectando a casi un 33% del territorio sobre el que tienen derechos y en el que, estiman, hay reservas de cuarzo para otros cuarenta años.
Ocio y ciencia
La concesión expira en un par de años y la prórroga solicitada aún no ha sido concedida. Así que las aves que migraron para instalarse en el idílico hábitat que les montaron en Begonte juegan ahora en contra de sus benefactores. La empresa quiere revertir la jugada. En medio año prevé abrir una de las lagunas al público, al pie de la A-6. Maneja un ambicioso proyecto para dotar su entorno de actividades de ocio y científicas, para el estudio de las aves. Dar visibilidad a su labor de restauración y revertir en el pueblo parte de los beneficios extraídos de sus entrañas. De allí han salido miles y miles de toneladas de áridos y sobre todo cuarzo, es decir, silicio.
La próxima primavera es posible que ya se pueda acceder a la laguna de Riocaldo para ir acostumbrando a los patos, las grullas, cormoranes o avefrías a la presencia humana. López explica por donde pasarán las rutas de senderismo hasta que, inesperadamente detiene el coche:
-Mire, un águila.
Y allí estaba. La primera que veo en Galicia.