Atapuerca, el primer cementerio de humanos

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Nuevos hallazgos corroboran la hipótesis de que hace ya 450.000 años se honraba a los muertos con ritos funerarios

21 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los humanos practicaban ritos funerarios hace más de 400.000 años. No eran sapiens, la especie de la que derivamos los actuales humanos y que por aquel entonces aún no había surgido en la tierra, pero también eran homínidos. Eran, muy probablemente, representantes del Homo heidelbergensis, los antecesores del neandertal, que vivían en la sierra burgalesa de Atapuerca hace entre 400.000 y 450.000 años y que ya honraban a sus muertos.

Esta hipótesis, defendida por los investigadores del yacimiento, se ha visto reforzada con el hallazgo de una falange distal en la Sima de los Huesos, donde se acumula la mayor colección de fósiles humanos de la historia.

El hallazgo de la falange del dedo meñique del pie es importante porque descarta la teoría que apuntaba a que los cadáveres fueron llevados allí por sus presas. Si fueran animales carnívoros también hubieran devorado estos minúsculos huesos. «Es la prueba más antigua de un comportamiento humano simbólico de tipo funerario», explicó Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca.

Su colega y también corresponsable del yacimiento, el coruñés José María Bermúdez de Castro, asegura que el hallazgo «encaja en nuestra hipótesis, que seguiremos defendiendo hasta que no se demuestre lo contrario, porque en este lugar existe una acumulación intencionada de cadáveres que demuestra que la conciencia, la religión o el respeto a los muertos no son solo algo propio de nuestra especie, sino que antes había otras que también lo tenían». En la zona también se localizó un bifaz -herramienta lítica prehistórica- de sílex asociada a ritos funerarios.

Cráneo de un oso

La actual campaña de excavación en Atapuerca, cuyos resultados se presentaron ayer, ha ofrecido más sorpresas. Otra de ellas es el hallazgo de un cráneo entero de un oso de hace un millón de años. En el 2001 ya se había localizado una mandíbula del animal, que corresponde a una especie única bautizada como Ursus dolinensis y que se cree que puede ser la antecesora de los osos de las cavernas y del oso pardo actual. El hallazgo actual ayudará a validar o a desmontar esta teoría y a clarificar la posición de la especie en el árbol evolutivo de los plantígrados.