Las claves de «un pozo de pesadilla»

Victoria Toro NUEVA YORK/LA VOZ.

SOCIEDAD

La documentación y los testimonios que baraja el Congreso de EE.UU. indican que BP intentó ahorrar costes reduciendo la seguridad de la plataforma siniestrada

16 jun 2010 . Actualizado a las 09:30 h.

Seis días antes de la explosión, un ingeniero de la compañía BP había descrito la plataforma como «un pozo de pesadilla» después de que la empresa recortara costes en las semanas previas. Esa información forma parte de la documentación que maneja la comisión del Congreso estadounidense que investiga la explosión y sus consecuencias. Los legisladores hicieron públicos estos datos justo antes de la comparecencia ayer ante el Congreso del responsable de BP en Estados Unidos y de los máximos ejecutivos de las mayores empresas petroleras norteamericanas.

Entre la documentación recabada por la comisión también hay, según los legisladores, pruebas de que BP tomó varias decisiones cuestionables sobre la seguridad de la plataforma en las semanas anteriores al accidente. Y según los congresistas norteamericanos todo indica que esas decisiones se tomaron solo para ahorrar dinero o tiempo.

Todos con los mismos planes

Además, los legisladores han estudiado en detalle los planes de respuesta ante un derrame no solo de BP, sino también del resto de grandes compañías petroleras. Según explicó el congresista Henry Waxman, los planes de todas las petroleras fueron encargados a una compañía externa y son «prácticamente idénticos». El de BP decía que podía hacer frente a un derrame de 250.000 barriles al día, y los de Chevron y Shell, que ambas podían enfrentarse a 200.000 barriles diarios. Pero el vertido actual del golfo se calcula que es de 30.000 barriles diarios y está claro que BP no ha podido con él. Waxman afirmó que es evidente que «estos planes solo son efectivos sobre el papel».

En las comparecencias de ayer, los ejecutivos de las otras cuatro grandes compañías petroleras, Exxon, Chevron, Shell y ConocoPhillips, se esforzaron por evitar que las salpique el desastre. El presidente de Chevron, por ejemplo, insistió en que a diferencia de lo que ocurría en BP, los trabajadores de su compañía tienen la orden de dejar de trabajar inmediatamente si observan algo inseguro. Los legisladores estadounidenses afirman que, en el caso de la plataforma de BP, los trabajadores habían advertido previamente del riesgo que se estaba corriendo.

El interrogatorio más duro fue el del presidente de BP en Estados Unidos, Lamar McKay, que volvió a afirmar que su compañía se hará cargo de todas «las reivindicaciones legítimas». Además, McKay aprovechó la audiencia para pedir indulgencia al Congreso estadounidense con el argumento de que la economía norteamericana depende de las perforaciones petrolíferas.