Mindy Lawton, camarera de 34 años, dice que es «muy apasionado y muy bestia», y asegura que le tiraba del pelo y le azotaba el trasero durante el coito.
24 may 2010 . Actualizado a las 19:15 h.Tiger Woods tiene un pene de gran tamaño y un apetito sexual incontrolable, según revelan varias de sus amantes en un reportaje que publicará la revista Vanity Fair en su número de junio.
Mindy Lawton, camarera de 34 años, dice que es «muy apasionado y muy bestia», y asegura que le tiraba del pelo y le azotaba el trasero durante el coito. Añade que mostraba «un voraz apetito sexual que no conseguía calmar en casa». Lawton cuenta también que, tras su primer encuentro sexual, acabaron desnudos en la cocina, momento en que le cogió el pene con una mano y exclamó «¡guau!», y confiesa al periodista que la entrevista: «Era el más grande que había visto en mi vida».
Jamie Jungers, una chica de 21 años, conoció al jugador de golf durante una fiesta en un club nocturno. «Al principio, solo nos enrollábamos, pero después todo se volvió muy salvaje, con diferentes posturas», explica.
Y Michelle Braun, que abastecía al golfista de señoritas de compañía en ese club, precisa que «no es más que un perro en celo. Siempre quería chicas diferentes y podía estar dale que te pego durante horas».
El reportaje, que se titula Las tentaciones de Tiger, desvela también que a veces el deportista pagaba por tener sexo. La siciliana Loredana Jolie Ferriolo era una de sus favoritas. «En la primera cita se hizo llamar Michael Woods y me pagó 11.000 euros», afirma. Muy pronto, comenta Loredana, el equipo de trabajo de Tiger empezó a comprarle billetes de avión para que acudiera a Dubái, las Bahamas o Las Vegas. Sobre esta relación escribe ahora un libro que titulará Up to par (Hoyo en par), un proyecto que, según comenta, la gente de Tiger está intentando frenar. «Han hablado con mis abogados -dice-, quieren que no diga nada y que acepte incluso un soborno».
Otro detalle en el que todas las amantes coinciden es en que Tiger Woods jamás usaba preservativo en sus relaciones eventuales. «Nunca se ponía condón, y esa es otra de las idioteces que cometí», se lamenta Jamie Jungers en el reportaje.