Hasta el infinito, con menos dinero

Tatiana López

SOCIEDAD

El futuro de la NASA, tras el recorte presupuestario de Obama, se centra en reforzar las misiones científicas y optimizar los sistemas de motores y gestión del combustible

07 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En el año 2004, George W. Bush anunció al mundo un nuevo reto para la Agencia Espacial Estadounidense: volver a poner a un hombre en la Luna. Bautizado como Constellation , este programa, cuya intención era además instalar una base permanente en el satélite, quedó en suspenso a principios de esta semana después de que Barack Obama decidiera un recorte presupuestario y redefinir el futuro de la NASA.

El asesor científico del presidente, John Holdren, explicó el pasado lunes -precisamente en el séptimo aniversario de uno de los capítulos más oscuros de la agencia, el desastre del Columbia- que «nuestra idea no es un retroceso a lo anterior, sino la creación de nuevas oportunidades que permitan llegar más allá en el espacio, más deprisa, con más seguridad y menos gasto».

La política de la NASA se basará en cuatro puntos: nuevas formas de navegar en el espacio, la extensión de la vida de la Estación Espacial Internacional (ISS), una relación más cercana de la agencia con el sector privado y un refuerzo de la misión científica. La NASA planea invertir 7.800 millones de dólares en los próximos cinco años, que contribuirán entre otras cosas al desarrollo de depósitos de combustible en órbita, el reciclaje de los materiales y mejores motores para los cohetes.

Con la ampliación de la vida de la ISS del 2016 al 2020, la Administración demócrata planea obtener un doble beneficio. Por un lado ayudaría a reforzar el trabajo científico en la estación, especialmente en las áreas de biología, combustión y prueba de materiales. Por otro lado, la promesa de desarrollar programas experimentales contentaría a Canadá, Europa y Japón, cuya colaboración EE.?UU. pretende para próximas misiones más allá del sistema solar.

Pero quizá de todas los cambios propuestos por el equipo de Obama el más polémico es aquel que propone privatizar el transporte de astronautas a la ISS -ubicada a apenas 400 kilómetros de la Tierra-, es decir, que a partir de ahora sean compañías comerciales las encargadas de desarrollar la tecnología que pilotarán los trabajadores de la NASA.

Esta cuestión es desde hace unos años una auténtica pesadilla para los ingenieros, después de que la agencia decidiera suspender los vuelos en cohete a favor de los transbordadores. Con el nuevo giro al sector privado, el Gobierno no solo incentivará la competencia, sino que además reduciría los costes.

Programa Constellation

Eso sí, para poder realizar todos estos cambios, Obama debe acabar definitivamente con el programa Constellation, una tarea que no se presenta fácil si se tiene en cuenta que el Gobierno ha invertido ya más de 9.000 de dólares en el proyecto y que la misión da trabajo a miles de personas en al menos 40 estados. «Cuando el presidente dice que va cancelar este programa yo le contestaría que conseguir los votos para hacerlo en el Congreso le va a resultar muy, muy difícil», dijo el senador por Florida Bill Nelson, cuyo estado perderá al menos 7.000 puestos de trabajo.

Otro de los obstáculos que podría bloquear también los deseos de Obama es la propia oposición republicana, desde cuyas filas se criticaba esta semana la reinvención de la agencia espacial por acelerar «la muerte de nuestros programas humanos al espacio», en palabras del congresista Bill Posey, quien no dudaba en lanzar un dardo envenenado al líder afroamericano: «Si el presidente pudiera rellenar un cohete con toda la hipocresía que tiene, a estas alturas ya estaríamos en Plutón».