El sector de las pieles, el más afectado en EE. UU.

Victoria Toro

SOCIEDAD

09 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hay un axioma que dice que el mercado del lujo no sufre las crisis. Pero parece que o la crisis actual es diferente o el axioma estaba confundido o los ricos ya no son lo que eran, al menos algunos. Quizá la verdad se reparta entre todas esas posibilidades, pero lo cierto es que la recesión que vive el planeta, encabezada por Estados Unidos, también afecta a la demanda de productos de lujo.

Según un estudio realizado por la consultora estadounidense Bain & Company, en el 2008 el crecimiento de las ventas de productos de lujo comenzó su declive. Si en el 2007 la demanda subió un 6,5%, en el 2008 ese aumento fue de solo el 3%. Y según el mismo informe, en el 2009 las cosas se pondrán aún peor. Aunque la incertidumbre es grande, ya que para el 2009 se ofrece una posible horquilla de ventas que va desde un decrecimiento del -2% hasta un aumento del 2%. No es raro que sea así porque la característica de los productos de lujo es que son innecesarios, así que depende de cómo vayan las cosas para los más pudientes, así decidirán regalarse o no carísimos artículos que no necesitan.

Pero si hay un sector que puede servir de referente para analizar cómo está el mercado de este tipo de productos ese es el de las pieles. No es un sector cualquiera, la economía de este país se cimentó sobre él. Hace 30 años una piel de castor se vendía por 50 dólares, y en el 2008 su preció cayó hasta los 12 dólares (menos de 9 euros). El precio es tan bajo que muchos cazadores han dejado de ofrecerlas. Y según las asociaciones de peletería, se espera que las ventas de productos de piel sean las más bajas en décadas.

Los millonarios árabes

Así las cosas, el mercado de productos exclusivos que mueve en todo el mundo 173.000 millones de euros al año deberá buscar nuevos compradores o convencer a los antiguos para que sigan consumiendo. Pero conseguir ambas cosas parece que solo puede hacerse en una pequeña zona del planeta. Los ojos de todos los ejecutivos de las marcas más exclusivas están puestos en este momento en seis países: Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Aquellos que tienen mayor densidad de millonarios y a los que parece que la crisis no afecta.