El cachete no educa

Colpisa

SOCIEDAD

Algunas estadísticas cifran entre el 45 y el 50% el porcentaje de adultos españoles tolerantes con estas prácticas.

20 nov 2008 . Actualizado a las 17:43 h.

Hay campañas de sensibilización que van a favor del viento y otras que se enfrentan a usos arraigados y difíciles de alterar. Es el caso de la campaña «Levanta la mano contra el castigo físico» del Consejo de Europa, que choca contra la inveterada costumbre de muchos padres de solventar crisis filiales con un buen sopapo.

Se trata de una práctica tan extendida como censurable. No hay estadísticas oficiales y apenas estudios serios sobre el alcance real del castigo físico a los niños, pero se sabe que es generalizado en la mayor parte de los 47 países miembros del Consejo.

Sólo Suiza tiene el problema bien aquilatado y, quizá por eso mismo, resulta casi insignificante, con un escaso 5 por ciento de adultos que practican o toleran los correctivos físicos. En el resto, los porcentajes varían entre un 45 y un 80 por ciento. En la parte más alta de esta tabla figurada estarían países como Francia, República Checa o Grecia.

En cuanto a España, se calcula que el fenómeno rondaría el 45 o el 50%, aunque se trata de una cifra «más bien orientativa» y de paternidad desconocida, admitió Elda Moreno, directora del programa Construir una Europa para y con los niños del Consejo de Europa.

Como sea, en vísperas del Día Mundial de la Infancia, este jueves, el Consejo presentó la campaña Tus manos son para proteger. Levanta la mano contra el castigo físico. Se difundirá a través de todas las cadenas de televisión de ámbito nacional y autonómico para concienciar a padres, educadores y a los mayores en general de que los niños «no son mini personas con mini derechos», ni se les debe someter a conductas -bofetadas, cachetes, azotes, gritos, vejaciones, etc- que ningún adulto toleraría.

Ineficaz

No sólo porque vulneran sus derechos; también por su profunda ineficacia y porque siembran gérmenes de violencia en el menor que quizá prosperen una vez adultos. A estas alturas se sabe ya que «el cachete, el azote, el grito, son formas ineficaces de educar. Son, en cierto sentido, la manifestación del fracaso de la inteligencia», aseguró la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera. Más aún, el castigo físico, la violencia en cualquiera de sus modalidades, son la antítesis de la formación razonada y razonable de un niño, y «derriban cualquier labor educativa paciente y constante», añadió. Y en respuesta a quienes dicen, 'total, por una torta', la ministra replicó que «no hay un mínimo de violencia aceptable». A su juicio, críos y jóvenes deben disciplinarse y aprender a respetar las reglas y límites de la convivencia en sociedad «por convicción y de manera crítica». Más laborioso, sí, pero más fructífero.

El Consejo de Europa insta a todos sus miembros a erradicar de sus legislaciones cualquier resquicio que ampare el castigo o la violencia física contra los menores, incluso la procedente de los propios padres. España es uno de los 18 estados del Consejo de Europa que ha cumplido el mandato gracias a la reforma en 2007 del artículo 154 del Código Civil. Están vigentes, además, el Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia 2006-09 y opera ya el Observatorio de la Infancia para recoger datos sobre éste y otros fenómenos que afectan a los menores.