Plantar eucaliptos en tierras de cultivo reduce el agua en un 60%

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

SOCIEDAD

El descenso en la disponibilidad del recurso coincide con el verano, cuando es más escaso Un estudio hecho durante ocho años avala el reparto tradicional de los usos del suelo

25 mar 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Una reforestación con eucaliptos en un lugar inadecuado, como terrenos destinados tradicionalmente a cultivos, puede reducir de forma significativa el nivel del agua en la zona donde se ubica la plantación y comprometer la disponibilidad del recurso hídrico. Ésta es una de las conclusiones a las que ha llegado un equipo de edafología de las universidades de Santiago y Vigo dirigido por Francisco Díaz-Fierros tras una investigación de campo realizada entre 1997 y el 2004 y que acaba de ser publicada en un libro por la entidad internacional IAHS, aunque los resultados se enmarcan dentro de un estudio mayor iniciado en 1982. Los científicos han demostrado en la cuenca analizada que los eucaliptos pueden provocar en verano, la época de mayor estrés hídrico, una disminución de la disponibilidad del agua de hasta un 60%. En concreto, la plantación, de una superficie de once hectáreas, causó una reducción en el caudal próximo de 1,2 litros por segundo, al pasar de una media de 2 litros por segundo a 0,8. Este descenso es el que se produjo durante el estío, ya que el resto del año no se observó una anormalidad relevante. «Demostrouse un claro efecto negativo nos recursos da auga durante a estación seca», corrobora Díaz-Fierros. ¿Supone el estudio una nueva demonización del eucalipto? Éste no es el objetivo del trabajo. Más bien, la investigación es una llamada de atención a las reforestaciones, tanto de eucaliptos como de otras especies, mal planificadas y a las plantaciones en entornos inadecuados. Si los árboles se ubican en terrenos de poca profundidad, de 50 centímetros como máximo, lo que viene a ser la superficie tradicional reservada al monte, la absorción del agua por parte de la masa forestal es similar a los valores de otras especies forestales y no compromete el recurso hídrico. El problema se ha detectado cuando los eucaliptos, al igual que carballos y pinos, aunque en menor medida, se plantan en suelos de mayor profundidad, los dedicados tradicionalmente a cultivos, sobre todo, o praderas. Aval científico La investigación avala la distribución tradicional de los usos de la tierra, en la que el reparto por zonas para monte, cultivos o praderas tenía una razón de ser. Puede que no justificada, al menos hasta ahora, por los estudios científicos, pero sí por el conocimiento y la experiencia acumulada por agricultores, ganaderos y selvicultores a lo largo de la historia. «Mentres houbo unha certa ordenación tradicional do usos do chan en Galicia non houbo ningún problema, porque as terras peores sempre se reservaban para monte e as mellores para cultivos. O problema vén da situación actual de abandono dos usos agrícolas para facer reforestacións en zonas onde o consumo de auga é elevado», explica el catedrático de edafología Francisco Díaz-Fierros. Pero existe otro problema que en la situación actual puede que no sea excesivamente preocupante en Galicia, pero que sí puede llegar a serlo en el futuro: el cambio climático. El mayor incremento de las temperaturas en verano, que en Ourense incluso pueden llegar a fin de siglo a los 4 o 5 grados por encima de los valores actuales, provoca una mayor evapotranspiración del agua y la consiguiente reducción del recurso. Si a este fenómeno se añade el efecto de las plantaciones en lugares inadecuados la situación puede llegar a ser muy grave. «En algunhas zonas de Galicia xa temos hoxe en día problemas de abastecemento de auga no verán, e no futuro os recursos hídricos subterráneos vanse ver comprometidos», apunta Díaz-Fierros.