Las algas forman parte hace algunos años de la despensa de cualquier restaurante de alta cocina, aunque eran tres o cuatro las variedades habituales, hasta que la firma Porto Muíños empezó a trabajar con cientos de especies del mar gallego. Muchas de estas variedades ni siquiera tienen nombre todavía, pero ya han inspirado platos a cocineros como Ferran Adrià o Carme Ruscalleda. El responsable de la empresa, Antonio Muíños, publicita estos días en Madrid Fusión el trabajo de su compañía. Entre las nuevas especies más admiradas por los cocineros se encuentran la osmundea, un alga muy pequeña pero con un intenso olor a mar, que es muy difícil de coger, ya que crece bajo las rocas en las que se crían los percebes. Otra alga que ofrece muchas posibilidades gastronómicas es el codium, cuyo sabor y textura recuerda a la de un percebe. En cuanto a las algas más comerciales, se venden en salmuera o deshidratadas. La empresa desarrolla también nuevos productos como los mejillones con algas o el té con algas. La prueba de las dos copas La Fundación Castilla-La Mancha-Tierra de Viñedos intentará demostrar en Madrid que la persona que ingiere dos copas de vino no alcanza el límite de alcoholemia. En una comida prevista para hoy, servirá a cada comensal dos copas de 9 centilitros cada una. A continuación, la Policía Local de Madrid hará soplar en un alcoholímetro a estas personas. La prueba se hizo ya en Tomelloso.