Mayores de edad a los 20

Alba Díaz-Pachín

SOCIEDAD

09 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Fíjense en sus caras de felicidad. Están todas de cumpleaños. Las que salen en la foto y las otras que andaban por un parque de atracciones en Tokio hasta completar un grupo de 4.500 chicas, todas ellas con 20 años. ¡Quién los pillara! estará pensando algun@. Los 20 años, cuando todo parece posible y nuevo; cuando las cosas son especiales... Estas japonesas, además, se convierten en mayores de edad y de ahí la fiesta, que, por otro lado, es también una especie de celebración del nuevo año. Ciertamente, en el cajón de esta montaña rusa hay alguna que parece haberse colado sin mostrar el carné de identidad, aunque también es verdad que hay muchas maneras de tener 20 años. Yo no me acuerdo muy bien de los míos, aunque estoy segura de que, si me hubieran sacado una fotografía, igual tenía la misma sonrisa que alguna de esas japonesas. Peor le han ido las cosas a Katharina Wagner, que, como su propio nombre indica, es una bisnieta del famoso compositor alemán. Ya saben, aquel de quien Woody Allen decía que, cuando lo oía, le entraban ganas de invadir Polonia. Katharina se llevó ayer un montón de abucheos y unos pocos aplausos en el estreno de la ópera Il trittico, de Puccini, que se representó en la Deutsche Oper de Berlín. Y es que apellidarse Wagner no es garantía de nada. La joven Katharina, de 26 años, lo comprobó con toda su crudeza el domingo, porque la representación tuvo sus momentos de celebración por parte del público. De hecho, a diferencia de la ilustre pariente, la soprano chilena Cristina Gallardo-Dumas se llevó una cerrada ovación durante alguna de sus intervenciones. Ay, Katharina, si tu bisabuelo levantara la cabeza, seguro que te echaba encima toda la cabalgata de las Valkirias. Ahora que ya se han cargado a Pepe Navarro , vamos con uno de los ránkings de esos que tanto le gustaban al presentador. En este caso, refleja a los artistas más excéntricos, según un sondeo que ha hecho la BBC y que concluye que, en ese mundo de rarezas, Björk , la cantante y actriz islandesa capaz de vestirse con cualquier cosa, de lo más sofisticado a lo más chocante, la que casi vuelve majareta al pobre Lars von Trier con sus caprichos durante el rodaje de Bailar en la oscuridad , ha conseguido probablemente el más merecido título de su vida. Dentro del ránking se encuentra también Ozzy Osbourne , el roquero que convirtió su vida en un Gran Hermano , la diseñadora Vivienne Westwood , que acaba de ser condecorada por la reina Isabel II y que ocupa la octava posición en esta clasificación, y un ilustre recién casado, Elton John , que se cuela en el número 11. Sin duda, los cuatro se tenían bien ganado el honor de estar ahí. Seguro que alguno de ustedes se ha preguntado alguna vez de dónde sacan los guionistas latinoamericanos esas historias tan apasionadas y reviradas para hilar los argumentos de los culebrones. La vida misma, contestarían ellos. Parece ser que actualmente una de las historias que más celebran los argentinos es la del jugador de polo Martín Barrantes , hasta hace unos meses la mitad de una de las parejas de moda, la que formaba con la modelo Carolina «Pampita» Ardohain . Ahora que ella se ha unido sentimentalmente al actor chileno Benjamín Vicuña , Barrantes asegura a la prensa que se equivocó al casarse con la Pampita: «Nunca me imaginé que iba a pasar lo que pasó. Yo tengo un concepto de la familia y me casé para toda la vida». Lo que pasó es que Carolina se fue y ahora está embarazada, y Martín no cree que sea muy agradable saltar a los periódicos porque la mujer que lo engañó está embarazada de otro hombre. O al menos, eso dice. El caso es que el embarazo de Pampita se produjo mientras la pareja se separaba, pero Barrantes no quiere saber nada más del asunto. Dice que no va a pedir la prueba de ADN. «No tengo dudas de que no tengo nada que ver con ese embarazo», sentencia. Bueno, pues así se hacen los culebrones.