Comenzó el gran deshielo

09-11-2004 OSLO

SOCIEDAD

Dentro de 70 años no habrá hielo en el Ártico y difícilmente osos o focas. Pero, según un estudio presentado ayer, la biodiversidad aumentará. Son las consecuuencias del efecto invernadero

08 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El Ártico podría presentar un aspecto muy diferente a fines de este siglo con la desaparición total de los hielos en verano y un cambio radical de su biodiversidad. Desde hace años se vienen adelantando algunas de estas amenazas derivadas del calentamiento de la atmósfera y de la contaminación, pero fue ayer cuando se presentó un concienzudo informe sobre lo que supondrá el efecto invernadero. En la elaboración del Estudio sobre el Impacto de los Cambios Climáticos en el Ártico (ACIA) han participado más de 250 investigadores del Consejo Ártico, organismo al que pertenecen Estados Unidos, Canadá, Rusia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Y una de sus principales conclusiones es que para el año 2100 las temperaturas medias registradas en esta región podrían aumentar de 4 a 7 grados. Este calentamiento podría provocar dentro de 70 años la desaparición total del casquete polar en verano, lo que supondrá que las especies que viven en los bancos de hielo como el oso polar, las focas y aves marinas estarán en riesgo de extinción. Su espacio lo ocuparán otros animales habituados a temperaturas menos extremas, y los científicos llegan a aventurar que con estas especies se aumentará la variedad de la fauna. «Es una paradoja: la desaparición de los hielos aumentará la biodiversidad, pero las especies árticas estarán en peligro», destaca Paal Prestrud, director del Centro de Estudios sobre los Cambios Climáticos noruego y vicepresidente del ACIA. La reducción de las masas congeladas sobre el mar no causa el aumento del nivel de los océanos (los hielos flotantes ocupan más espacio que el agua que los forman), pero el deshielo de los glaciares terrestres podría provocar un aumento acelerado del nivel de las aguas. La típica vegetación ártica, la tundra, se desplazará a partes antes desérticas y será gradualmente sustituida por bosque, arrastrando consigo plagas de insectos, como la vivida en el Ártico norteamericano con el escarabajo de picea y los incendios que arrasaron 4 millones de hectáreas de bosque boreal en Rusia en tres décadas. Un metro más de mar La estimaciones varían entre 10 y 90 centímetros lo que también obligará a desplazarse a los animales que viven en el litoral. También ciudades como Venecia, Amsterdam y algunas zonas de Florida se habrán sumergido más en las aguas. Además, las precipitaciones se multiplicarán en un 20% en el Ártico y cerca de un 5% en el resto del mundo, con inviernos más cortos y templados. El cambio climático en el Polo Norte también repercutirá en una mayor frecuencia de tormentas con olas marinas más grandes, erosión costera e inundaciones en diversas partes del globo. Si se quiere buscar algún aspecto positivo de los derivados del deshielo habría que valorar que el comercio mercante crecerá, al tiempo que se abrirán nuevos canales de navegación y el deshielo del Ártico hará más fácil la extracción de los recursos de petróleo y gas de esa zona, que se calcula supone un tercio de todas las reservas mundiales. Todo para poder seguir emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera, aumentando el efecto de invernadero y nuevamente, la temperatura.